El fracaso de la vía institucional

Me llamó poderosamente la atención que Pablo Iglesias dijese un día que él y sus compañeros, estaban equivocados, que las cosas se consiguen desde las instituciones y no en las calles.

Podemos entró en las instituciones y se convirtió socio de un gobierno de coalición liderado por el PSOE de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias terminó como vicepresidente social y nada ha cambiado.

Ahora Pablo Iglesias dice que la gente debe salir a la calle a protestar por la subida de la factura de la luz. ¿Protestar contra quien? Las eléctricas son empresas privadas son como las empresas tecnológicas dueñas de redes sociales como Facebook o Twitter que ejercen su derecho de censura y de veto sobre determinados internautas que infringen sus políticas al ejercer su derecho de opinar.

Haciendo un símil, algunos podrían preguntarme ¿Por qué no montas unos paneles solares o unos aerogeneradores en tu casa y dejas de protestar contra las compañías eléctricas? Los que vivimos en las ciudades lo tenemos bien complicado y los gobiernos que hemos tenido hasta ahora, tampoco han ayudado a conseguir la independencia energética de los ciudadanos.

Pregunten a este gobierno el por qué son capaces de regular los precios de los alquileres y no son capaces de parar los pies al "Cartel eléctrico". La respuesta es evidente, aunque hay grandes propietarios de bienes inmuebles, son muchos más los pequeños propietarios y es más fácil meter mano a éstos. La impunidad del las grandes compañías suministradoras de energía eléctrica se debe a una realidad obvia: no hay interés suficiente por parte de un sector de ese gobierno "progresista" en regular los precios de la luz.

Yo fui testigo que un invento en manos de algunos dirigentes políticos "independentistas" catalanes llamado "El Procés". Un proceso institucional que se convirtió en un circo durante años y terminó reconvertido en una "taula de diàleg" (mesa de diálogo) sin interlocutor al otro lado de la mesa.

Aunque pensándolo bien, Pablo Iglesias no está equivocado. En realidad, siempre ha habido movimientos políticos y sociales que han conseguido cambiar las cosas desde las calles y las instituciones. Sin los políticos que tenemos, sería sencillo. Si dejásemos de votar lo mismo y a los mismos y si cambiásemos de actitud sería todavía más fácil.

Para cambiar la realidad que no gusta, hace falta algo más que votar cada cuatro años y salir a las calles como hemos hecho hasta ahora.