Excisión: una pequeña joya entre las vísceras

Una adolescente norteamericana de notable inteligencia y gran curiosidad, tiene sueños donde se mezclan la necrofilia, las amputaciones y su pasión por ser cirujana. Aparte de ello, en su vida cotidiana viste, habla y actúa como le nace de dentro, siendo vista por el resto de sus compañeros como alguien sumamente excéntrico, con la consiguiente marginación. No obstante, un día decide perder la virginidad y le plantea al novio de la chica más popular de su clase que le sirva de instrumento para ello. Él acepta y, en plena vorágine sexual, le pide que le haga sexo oral. En ese momento tenía la menstruación (cosa que él no sabía) lo que provoca que, a los pocos segundos, saque la cara de su vagina totalmente ensangrentada. Él está muerto de asco, pero ha satisfecho una de las principales fantasías de la chica.

La chica tiene una madre sumamente religiosa que le reprime y hostiga a cada instante para que no sea diferente a los demás, consiguiendo exactamente el efecto contrario. Su madre, a diferencia de ella, también niega un hecho determinante: la chica padece trastorno límite de personalidad. Pese a que le pide reiteradamente ir a un psiquiatra, la madre se niega y le envía a visitar a su párroco, que no tiene ni idea de medicina y solamente le provoca un empeoramiento paulatino.

Después de vomitar en clase encima de una de sus compañeras más convencionales y repelentes, las cosas se van complicando hasta alcanzar un desenlace fatal donde se mezclan su locura (ya desatada) y el amor que siente por su hermana (que necesita un trasplante pulmonar).

La chica sufre un trastorno mental, pero a la vez tiene una personalidad más atractiva que la del resto de gente que le rodea. Es inteligente, libre, despierta y lo suficientemente clarividente como para autodiagnosticarse la patología que sus padres niegan...y pedir ayuda. En su mente existe una parte maravillosa, que le lleva a leer, estimular su curiosidad, perseguir su sueño de ser cirujana, conocerse y actuar como siente aunque se salga de la norma. Y otra parte oscura que le lleva a desear la sangre y soñar con amputaciones.

El problema es que su entorno le presenta todo lo que hay en ella (lo bueno y lo malo) como negativo, provocándole un sentimiento de rechazo y una falta de apoyo que disparan su enfermedad y le llevan a la tragedia. El impulso atávico de reprimir y ocultar para evitar la vergüenza de ser distinto, en lugar de asumir con naturalidad la infinidad de personalidades que, por nuestra propia naturaleza diversa, deben poblar cualquier comunidad.

Después de ver esta película, cada vez que tenga noticia de un tiroteo mortal en un instituto norteamericano, no podré evitar pensar en el tiempo durante el que se dejó pudrir y degenerar la mente de su autor para que alcanzase ese extremo de locura (sin perjuicio de que haya casos donde el grueso de la culpa sea suya). Y de todas las veces en las que una larva se convierte en serpiente venenosa y no en mariposa, simplemente porque no se le ha dejado un espacio donde construir su capullo.