Deberes para un futuro gobierno de izquierdas

Ya han pasado las elecciones y, al menos de momento, se ha conjurado el peligro de que la derecha nostálgica de la dictadura nacionalcatólica acceda al poder. En caso contrario, es evidente que había un peligro real de retroceder en temas esenciales para avanzar en el Estado de Derecho y en la modernización de España.

No se ha decidido aún qué gobierno se va a formar. Es evidente que algunos de los temas enarbolados por Pedro Sánchez para ganar las primarias a Secretario general del PSOE corren peligro de caer en el olvido dependiendo de que el gobierno sea PSOE con Ciudadanos, PSOE con Unidas Podemos, o PSOE en solitario.

Debe recordar Pedro Sánchez que debe sus victorias electorales a los sectores más progresistas de sus militantes y de sus posibles votantes. Voy a pensar que, con bastante seguridad, algunos temas serán abordados y resueltos en esta legislatura:

- exhumación de los restos del dictador Franco del Valle de los Caídos y su traslado a un lugar donde no puedan ser homenajeados por la extrema derecha neofranquista.

- dotación de medios a la ley de memoria histórica para avanzar en la recuperación de los restos de víctimas de la dictadura franquista.

- Aprobación de una Ley de Eutanasia.

- Derogación de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa y su sustitución por una ley de Libertad de Conciencia en la que la ofensa a sentimientos religiosos deje de ser un delito, equiparando el tratamiento de las religiones a todas las demás creencias o ideologías.

- Obligar a la iglesia católica al pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por los edificios no dedicados al culto.

- Realizar una lista exhaustiva de inmuebles inmatriculados por la iglesia católica y devolución de todos los que se hubieran adjudicado de manera fraudulenta, de lo cual ya existen abundantes ejemplos.

Pero un auténtico gobierno progresista, que podría darse únicamente si Podemos entrar en el gobierno, debería profundizar mucho más en la Memoria Histórica y en la Laicidad del Estado. En particular, la eliminación de todos los privilegios de la iglesia católica pasa por la denuncia y posterior derogación de los acuerdos con el Vaticano, negociados por las autoridades surgidas del franquismo y aprobados subrepticiamente, a espaldas del pueblo, tras la promulgación de la constitución del 78. Una operación cuya justificación es la ambigua redacción de texto fundamental que, por un lado, declara aconfesional el estado, y por otro, le obliga a ser confesional en la práctica. Esta derogación de los acuerdos con la jerarquía católica romana aparecía entre los objetivos de Pedro Sánchez, pero se ha desvanecido últimamente tanto del programa del PSOE como de la campaña electoral.

Cabe plantearse objetivos más ambiciosos, pero que ya obligarían a reformar la Constitución para eliminar todos los restos de la dictadura franquista que los poderes políticos y militares de la época obligaron a dejar registrados en su redacción. En particular, la Monarquía Borbónica. La evolución positiva del sentimiento republicano y la creciente secularización de la sociedad hacen que debamos ser optimistas, pero aún hace falta algo de tiempo.

Salud.