A raíz de este fragmento que publicó un colega hace tiempo, se ha producido un debate que creo que es mi deber compartir. Pero primero vamos a ponernos en situación.
Dice Heans Heinz Ewers: "El señor Trozo de Mierda no piensa aportar nada, ni dejar nada, ni reflexionar más allá de diez metros de sus siete orificios. El señor Trozo de Mierda está contando en este mismo momento los orificios."
Pues bien: ¿debería, bajo estas premisas, considerarse el ombligo uno más de esos orificios? ¿El carácter de orificio viene dado por su profundidad? ¿Debe conectar el orificio con alguna víscera interna para ser aceptado como tal? ¿Puede un ombligo considerarse algo más que una breve depresión, como un hoyuelo de la barbilla, a lo Kirk Douglas?
Creo que estamos ante un caso como el de Plutón, ascendido a Planeta por algunos y degradado de nuevo a simple pedrusco gordo por otros. Se trata de sensibilidad, de perspectiva y hasta de ideología. Todo eso que tanto nos separa.
Desde mi punto de vista, orificio es aquel por el que el personal médico puede introducir una sonda, pero soy consciente de las debilidades, y hasta los peligros, que esta clasificación implica. Sordera, por ejemplo, sin entrar en otras casuísticas.
Sería bueno unificar criterios.