Nació en 1864 y murió en 1943. El mundo la olvidó y languideció en un hospital psiquiátrico.
¿Cuál fue su historia?
Llegó a París para estudiar arte en una época en la que la prestigiosa École des Beaux-Arts estaba abierta sólo a los hombres.
Sin dejarse intimidar, se unió a estudios que aceptaban mujeres. Allí conoció y se convirtió en la amante del célebre escultor Auguste Rodin. Su relación fue una pasión ardiente y un talento artístico compartido: crearon juntos, y su genio colaborativo se conservó en obras que hoy se conservan en el Museo Rodin y el Museo de Orsay.
Pero Rodin, que ya mantenía una relación de larga data con otra mujer, finalmente dejó a Camille.
Mientras su reputación se elevaba, la de ella se desplomaba. Ella fue despreciada, rechazada y descartada, no sólo como amante, sino como artista. Sola, desconfiada y en desgracia, luchó por vender sus obras.
Para colmo de males, su hermano, el famoso poeta y diplomático Paul Claudel, desempeñó un papel fundamental en su caída.
Camille, considerada "demasiado moderna" y una fuente de vergüenza familiar, fue internada a la fuerza por su familia. Durante 30 años, luchó para explicar la injusticia de su confinamiento, escribiendo cartas angustiadas a amigos y familiares, pidiendo su liberación.
Su claridad y su angustia resuenan en estos escritos preservados.
El 19 de octubre de 1943, Camille Claudel murió de desnutrición en un hospital francés. Ningún miembro de la familia asistió a su funeral y su cuerpo fue enterrado en una fosa común.
Décadas después, el mundo finalmente reconoció su brillantez. Su legado ha sido restaurado: sus esculturas ahora se yerguen orgullosas junto a las de Rodin, y un museo cerca de París está dedicado íntegramente a su obra.
Camille Claudel ya no está olvidada.
Se la honra como la visionaria que siempre fue.
Fuente: cada del Pueblo de Gijón.