La arena que le queda al reloj

Poco después de que escribiese este artículo, Mario Draghi se echó atrás con las subidas previstas de los tipos de interés, lo que vino a ser como un "patada a seguir", de rugby.

La situación, por tanto, se ha mantenido medio estable, aunque sea a costa del deterioro de las magnitudes fundamentales sin gran mejoría de la percepción a pie de calle. Pero el reloj sigue en marcha.

Pedro Sánchez no convocó las elecciones en Junio, como yo predije, sino mes y pico antes. Pero la idea es la misma.

El petróleo ha dado un poco de tregua, pero no mucha. Las campañas turísticas parece que se moderan, pero está aún por ver en lo que parará la de este año, con nuestros competidores directos recuperándose.

Así las cosas, y con el BCE controlando férreamente los tipos de interés, no se puede saber cuanta arena le queda al reloj, pero algunos indicios sí podemos analizarlos.

-Las sanciones a Irán tienen por objeto estrangular de algún modo la oferta petrolera, lo que genera y seguirá generando tensiones de precios. Apuesto por dientes de sierra en la curva de cotizaciones para los próximos dos años.

-La guerra comercial con China no va a mejorar. Si hay un hundimiento general del comercio internacional o las exportaciones se ven dañadas por un regreso del proteccionismo, la inevitable crisis se va a precipitar en el tiempo.

-En España, sin mejores salarios no habrá demanda interna, y con mejores salarios, perderemos competitividad. Yo apuesto por la mejora de los salarios, pero si ese dinero se va a comprar en Amazon, por ejemplo, estamos condenados. Una mejora de salarios que no se corresponda con mayor gasto interno es ruinosa. Nuestros hábitos de consumo tiene mucho que decir sobre esa variable.

-La automatización está dando un salto de gigante, aunque no lo apreciemos aún en toda su magnitud. Eso, unido a que jubila una cohorte enorme, va a generar tensiones con las que ningún partido quiere lidiar.

Por todo ello, creo que a partir de este otoño empezaremos a bajar. No sé si iremos a una crisis o a un simple estancamiento, porque eso va a depender sobre todo de variable externas. Pero en Octubre expira el mandato de Draghi, y ese puede ser el pistoletazo de salida para un nuevo ciclo.

Y los riesgos son muchos y graves.