Muy buenas a todos...
En primer lugar, agradezco el apoyo que estoy recibiendo de muchos de vosotros, y por otro lado respetar también la opinión de los que me juzgan sin conocerme y sólo a través del artículo redactado de manera sensacionalista en El Diario de Mallorca, sin ningún rigor periodístico y con mucha imaginación. En fin, así va el país…
Como ya habréis supuesto la gran mayoría, no soy sino otro que al que ya comenzáis a apodar como el Tio del bate azul eléctrico, o Capitán Silencio, (apodos que me han hecho mucha gracia) aunque mi nombre es Jorge Ignacio García García (muy curioso eso de G.G.)y tengo 23 años, pero me podéis llamar Jordi.
No escribo aquí para justificar mis actos en ningún caso, pues reconozco mi error (ya sabemos que el que lo rompe lo paga), pero lo que sí que me gustaría, es intentar dar todos los detalles posibles de los hechos acontecidos en la mañana del Domingo día 1 de Agosto de 2010 para que la gente juzgue libremente conociendo todas las versiones posibles de los hechos, y no sólo con la narración de un periódico cuyos periodistas debieron llegar al lugar cuando a mí me daban el bocadillo de mortadela en el calabozo.
Así pues, paso a narrar mi visión del incidente:
Me encontraba yo disfrutando de un plácido sueño un domingo por la mañana (mi día libre, pues trabajo toda la semana), cuando un ruido estridente proveniente de la calle me desveló de mi sopor. Alterado por el estruendo, procedí a salir al balcón para ver cual era la fuente emisora de aquel molesto ruido. -Tengo que decir que mi habitación se encuentra dando a un patio interior, y la calle está en la otra punta de la casa y aun así el ruido que llegaba era de un volumen desmesurado.- Al observar por la ventana, me percaté de la clásica cola de coches que se forma detrás del camión de la basura, hasta ahí todo normal, pero el 4º coche de la fila, el cual se encontraba ocupado por unos jóvenes recién llegados de fiesta, y en medio de su éxtasis no se daban cuenta de que ya no estaban en la discoteca, sino en medio de un barrio residencial a las 7 de la mañana de un domingo. En un primer momento intenté volver a la cama con resignación, pero mi intento fue en vano pues aquel sonido era realmente alarmante. Fue entonces cuando me asomé nuevamente por el balcón y observe la típica reacción de un vecino indignado echando un cubo de agua a los susodichos alborotadores lo cual a mi me dio la idea de ir a la cocina a por huevos. Ante tal lluvia de elementos, los señoritos no solo no cesaron en su intento de convertir la calle en una rave, sino que mofándose de todos los que los rodeaban a lo largo de la calle, subieron el volumen y siguieron tocando el claxon rítmicamente al compás del bacalao. Ojo, no crítico para nada a los oyentes de “chunda chunda” (¡Viva Chimo Bayo y su anuncio del atún!), pero sí la conducta incívica de estos energúmenos. Aquel comportamiento realmente me indignó y decidí bajar para increpar de manera amistosa el comportamiento de estos muchachos. Fue entonces cuando fui a ponerme un chubasquero y unas zapatillas deportivas para bajar a la calle, y al pasar por mi puerta, pude ver mi viejo bate de baseball colgado de la percha ( me gusta coleccionar cosas, no es ningún delito ¿no?).
Sé que lo de “manera amistosa” puede sonar a chiste cuando uno baja a la calle con un bate de baseball, pero mi intención no era sino otra que la de usarlo simplemente de elemento intimidatorio (craso error), y proporcionarme seguridad en el caso de que estos individuos se abalanzasen sobre mí, pues mostraban claros síntomas de embriaguez y de haber ingerido algún tipo de pastillas, y no precisamente “Gelocatiles”.
Claro está, al verme los individuos aparecer evidentemente con cara de pocos amigos (tengo un mal despertar, a mucha gente le pasa…) y con un bate azul eléctrico (al menos en eso si acertaron en la noticia), lo único que conseguí es que se alteraran más y me increparan mi actitud con el uso de “regalitos verbales” que harían las delicias de muchos camioneros ( profesión a la cual respeto profundamente). A todo esto, medio vecindario se encontraba en los balcones siendo espectadores de la situación. Mientras yo les intentaba hacer ver que su comportamiento era completamente errático e intentaba hacer uso de las maravillas del diálogo y el buen talante, (tan publicitado por nuestro “queridísimo” Presidente del Gobierno) los chicos continuaban insultando y riéndose de los vecinos, y de mí en particular. Mientras tanto, el camión de la basura (de esos modelos nuevos con grúa, que ya sabréis los que tengáis uno cerca que tardan más en realizar sus funciones) había finalizado con su cometido, así que la cola de coches comenzó a desvanecerse, y tras ella, el vehículo de los chicos del “afterhours”. Mientras arrancaban el coche y metían la primera marcha, los chicos volvieron a subir el volumen y a golpear repetidamente el claxon profiriendo insultos hacia mi persona.
Ante tal sensación de impotencia y rabia, lo único que se me ocurrió fue la “feliz” idea de arrearle al coche con el bate, con tan mala suerte de que le di al cristal, y claro está, se hizo añicos. En ese momento se bajaron del coche (enfadados obviamente) a pedirme explicaciones por mi actitud tan poco civilizada, acompañada de un guantazo de uno de ellos ( a lo cual no digo nada…consecuencia normal de la acción anterior). Ante tal situación, bajo un vecino mío a ayudarme, en el mismo momento en el que apareció la policía local, a la cual se le había llamado con bastante antelación. Al encontrarse a un individuo con un bate y a otro (mi vecino, que es como un armario ropero de 4 puertas) este último no había hecho nada, fueron directamente primero a nosotros, eso es lógico. Empezaron el cruce de opiniones entre la policía local, mi vecino y yo, por lo que nos detuvieron a ambos y nos llevaron al cuartelillo, a los otros ni siquiera les hicieron la prueba de alcoholemia o de otras sustancias. (al menos hasta donde yo vi, pero por el cuartelillo no aparecieron…)
Así que, ni amenazas de muerte, ni me ensañé con el coche a palos ni naranjas de la china. Evidentemente no actué de la forma más correcta y lo reconozco, pues de pagar el cristal no me libra ni Dios, pero no me queda más remedio que meditarlo más la próxima vez y practicar un poco de Yoga para focalizar mi ira hacia otro lado.
Esta es mi versión. Claro está, podéis creerme o no pero mi intención solo era la de poder esclarecer un poco más los hechos y retratarlos de la forma mas fiel posible.
Siento haber sido tan extenso, pero todavía no resumo como un periodista.
P.D: Me habéis dado una idea, camisetas de Capitán Silencio “El Héroe de Acción del Bate Azul Eléctrico”. ¡Próximamente el primer modelo!
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Sinceramente, me hace gracia ver como el tema ha degenerado a una discusión con dos posturas tan enfrentadas.
Lógicamente, ya comenté que cada cual era libre de creer mi versión o no, cosa aparte de que creais si soy quien digo ser (Tampoco tengo intención de colgar mi DNI para convencer a nadie) pues ya me tocará justificarme ante el juez (digamos que más que justificar mi acción, explicarle las causas de mi enajenación mental transitoria).
Aunque muchos piensen que soy un degenerado violento, y otros me vean como un heroe justiciero, la verdad es que soy una persona normal, estudio, trabajo, y tengo mis problemas como todo el mundo, y simplemente, por un cúmulo de situaciones alienas a nuestro control, las cosas se nos escapan de las manos, y sino, que tire la primera piedra quien esté libre de pecado.
Evidentemente, el cristal me tocará pagarlo (lo cual haré con mucho gusto, pues entiendo que me extralimité en mi acción), otra cosa es que además me caiga un "puro" por el supuesto tema de las amenazas de muerte. Lo que realmente me indigna, es que estos chicos se habrán quedado tan contentos, y seguramente vuelvan a repetir la situación en algún otro lugar, atentando contra el derecho legítimo al descanso en nuestro propio hogar.
Simplemente quise entrar en meneame, para poder dar mas detalles sobre el incidente, ya que realmente me impactó todo el revuelo que se formó con el tema, y la cantidad de comentarios tanto a favor como en contra que estaba recibiendo la noticia, así que tampoco tengo intención de entrar en discusiones ridículas sobre si soy quien soy, o me invento las cosas, pues como ya he dicho, estoy a la espera de la citación judicial.
Evidentemente si alguien tiene alguna duda, sugerencia o comentario, puede contactarme personalmente, y gustosamente le atenderé lo mejor que pueda.
¡Saludos!