Hoy lo he recordado con nitidez. Me sacaron en camilla, sedado pero consciente. Me trasladaron a una sala amplia, silenciosa y mal iluminada, supuse que en un sótano. Todas las camas estaban vacías, esperando, y pensé en una morgue. "Soy el primer cliente", bromeé. Me acomodaron en una de ellas y me conectaron a los monitores. Estaba en el despertar.
Las pulsaciones empezaron a bajar más de lo normal. Me preguntó mi nombre y si era deportista. Solo ciclista urbano, le dije, notando su preocupación. El sueño narcótico tiraba de mí con fuerza, pero me pidió que no me durmiera. Iba y venía, vigilando cómo mi corazón se ralentizaba, llegaba al mínimo y remontaba por sí solo. Llegaron más pacientes.
En cierto momento su inquietud aumentó. Habló con alguien, que no vio la necesidad de dar la alarma. Entonces dejó de ir y venir, y se quedó de pie a mi lado, vigilando el monitor en silencio. Pasaban los minutos y seguía allí clavada. Yo me sentía a salvo con su presencia. Finalmente dio aviso, y alguien más vino a examinarme, dio algunas instrucciones y se marchó. Ella volvió a quedarse a mi lado, vigilando. No sé cuánto tiempo.
Si os gusta e interesa Nina Simone, os recomiendo el documental "What Happened, Miss Simone?".
Buscándolo por "¿Qué pasó Miss Simone?" se puede ver online con subtítulos en castellano.