Pos nah otro año mas
Y mira que van... Te vas haciendo viejo y el culebrón de menéame lo tienes ya bastante trillado, las acusaciones, los escándalos, las traiciones, los insultos... Sigo esperando algún giro argumental de que alguien tenga un hermano gemelo malvado que le suplante la personalidad o que se descubra que dos enemigos acérrimos en verdad sean padre e hijo pero en general, la comedia griega tiene un número limitado de arcos y con el paso de los años... ya solo se repite la tragedia como ópera bufa y sin embargo... Aquí seguimos
Porque entre todos los desvaríos y argumentarios pancarteros, de vez en cuando sigues descubriendo un brillo de genialidad auténtica en quien menos te lo esperas, un comentario que te hace pensar en algo o te descubre algo nuevo, una pequeña ventanita a una realidad que desconocías y se te abre de par en par, algo que jamás te recomendaría ningún algoritmo que haya estudiado tus preferencias y te haya encasillado en un perfil pero que se despliega ante ti como justo lo que estabas buscando y ni siquiera lo sabías. Y es ahí cuando te das cuenta del valor de la comunidad, porque para alimentar al hombre que eres basta con comer lo de siempre, pero para construir el hombre que quieres ser necesitas a otros.
O sea que ahí va mi tradicional felicitación a toda la comunidad, tanto si coincidimos como si no, si estáis de acuerdo o pensáis que soy gilipollas os deseo felices fiestas y agradezco que estéis por aquí para cuando no me apetece trabajar y quiero leer a una panda de tarados despellejándose por el enésimo mal que asola del mundo.

Nueva recopilación de meteduras de pata de los medios en que tiene que ver con cuestiones numéricas. La primera es de El Economista, donde aseguran que la cuota de BYD en Reino Unido es del 0,41% con 43.740 unidades vendidas. Eso es una barbaridad y equivaldría a que en Reino Unido se estuvieran vendiendo más de 10 millones de coches al año. La realidad es que la cuota del 0,41% era la de 2024 y la actual es del 2,33%.

Como hay algún otro medio como El País que ha cometido el mismo error, me da que es algo que viene de agencia o de una nota de prensa de la propia empresa que nadie se ha molestado en comprobar.

La siguiente es también de El Economista (son incansables), donde aseguran que el turismo aporta 700.000 millones al superávit exterior de España, cuando luego el texto indican que es 70.000 millones.

Y por último tenemos a La Voz de Galicia, que también les ha dado por hacer comparaciones sobre lo que suponía El Gordo de Navidad en distintas épocas, pero con un resultado desastroso, que en tres se han equivocado en el importe del premio:

Dado que las IAs no hablan porque sean muy listas, sino por lo listas que fueron personas anteriores, puede ser interesante preguntarles sobre algunos temas. Ya en el pasado os mostré que en un referéndum sobre tauromaquia entre IAs ganaría la abolición por unanimidad. Ahora que Felipe VI nos ha dado otro discurso navideño mas instruyéndonos sobre democracia, se me ha ocurrido hacer un referéndum monarquía o república entre IAs. Spoiler: también gana la república por unanimidad.
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¿Dirías que es mejor que la Jefatura de un Estado se ocupe (o desocupe) por apellido o consanguinidad, o que se haga por mérito, capacidad, honradez, idoneidad y principios de liberalismo económico?
Respóndeme primero bien "por apellido o consanguinidad", o bien "por mérito, capacidad, honradez, idoneidad y principios de liberalismo económico".
Después, separadamente, explícame la razón o razones de tu elección.
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Por mérito, capacidad, honradez, idoneidad y principios de liberalismo económico.
Razones (directas y sin adornos)
Núcleo conceptual explicativo (lo esencial, claro y corto)
El poder debe asignarse a quien mejor aumenta la probabilidad de que el Estado cumpla sus fines legítimos. Seleccionar por apellido asigna autoridad sin vincularla a esa probabilidad; seleccionar por mérito la vincula —aunque imperfectamente—. En términos simples: autoridad legítima = capacidad demostrada para producir buenos resultados + mecanismos de control. Eso es lo que explica por qué la selección por mérito es preferible.
Problemas reales de la opción por mérito (no los disimulo)
Cómo minimizar esos problemas (recomendación práctica, directa)
Conclusión
Elegir por mérito —con los principios económicos que el usuario propone— es la opción que mejor conecta autoridad con resultados y control. No es una panacea; exige diseño institucional cuidadoso para evitar tecnocracia, captura y desigualdad. Elegir por apellido carece de justificación práctica: concentra poder sin mejorar la probabilidad de buenos resultados.
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Respuesta directa:
Por mérito, capacidad, honradez, idoneidad y principios de liberalismo económico.
Razones (explicación clara y desnuda del núcleo conceptual):
Núcleo conceptual explicativo en una frase:
La herencia del poder concentra la autoridad en quien no ha tenido que demostrar idoneidad, lo que genera altísimo riesgo de mala gestión y corrupción, mientras que la selección por mérito (aunque imperfecta) al menos obliga a justificar la idoneidad y permite, en teoría, alinear los intereses del gobernante con la eficiencia y el bienestar del país.
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Por mérito, capacidad, honradez, idoneidad y principios de liberalismo económico.
Razones:
El núcleo es simple: las personas que toman decisiones complejas necesitan demostrar que saben hacerlo bien. Si eliges a alguien por apellido o sangre, no tienes esa garantía. Es como querer que te opere un cirujano: o bien eliges al que ha estudiado y tiene éxito en operaciones, o bien eliges al hijo del director del hospital porque "le toca". Con el primero tienes probabilidades de sobrevivir; con el segundo, te juegas la vida a una ruleta sin sentido.
Una sociedad funciona igual. Las decisiones de un presidente o un ministro afectan millones: salarios, vivienda, salud, seguridad. Si el que decide no entiende de economía, no sabe negociar, no tiene experiencia real o es corrupto, la gente pasa hambre, pierde trabajos, se arruina. Eso no es teoría: es lo que ocurre cuando alguien inepto toma el timón de un barco en una tormenta.
La selección por mérito no garantiza el éxito, pero aumenta las probabilidades de que quien gobierne sepa lo que hace. Es un sistema de prueba y error inteligente: si alguien demuestra capacidad en puestos menores, asciende. Si falla, se va. Así la experiencia se acumula y el daño se minimiza. En cambio, la sangre o el apellido son loterías genéticas: puede que el hijo del rey sea brillante o puede que sea un incompetente con poder absoluto. No hay filtro.
El liberalismo económico entra aquí como condición: si además de ser capaz el gobernante respeta que los ciudadanos tomen sus propias decisiones (qué estudiar, dónde trabajar, qué invertir), el sistema genera riqueza y soluciones espontáneas. Si el "apellido" decide todo centralizado, bloquea la creatividad de millones y la economía se hunde por errores que no puede corregir.
En resumen: elegir por mérito es como elegir por resultados probados; elegir por sangre es como elegir por suerte. Y cuando hay millones de vidas en juego, la suerte es un lujo que nadie se puede permitir.
Hace un rato Ferrán, viejo usuario de Menéame que en su día pujó por la web sin éxito, publicó los datos de Google trends sobre Menéame. Dichos datos reflejan el interés de búsqueda de Menéame en Google…y son ciertamente desoladores trends.google.com/trends/explore?q=/m/09v3njw&date=all#TIMESERIES Rápidamente, Benjami Villoslada, dueño de Menéame, le respondió con un mensaje www.meneame.net/notame/3705364 que podemos sintetizar en 3 ideas:
-Menéame tiene más del doble de visitas que las 10 webs que más portadas hacen en él.
-Acusó literalmente a Ferrán de tener micropene (esta acusación, entiendo que infundada, la borró a los pocos minutos tras editar la nota).
-Le invitó a gastarse su fortuna en juguetes sexuales.
Lo del micropene no es ninguna novedad, ya que Benjami insulta asiduamente a los users en sus notas www.meneame.net/user/benjami/notes llamándoles hijos de rata, haciendo alusiones al coño de sus madres o espetándoles que son unos putos cánceres de mierda. Pero en esta nota Benjami cometió un terrible pecado adicional: mintió obscenamente.
Digo esto porque las visitas de Menéame son 50 veces menores que, por ejemplo, las de eldiario.es (véanse www.ojdinteractiva.es/medios-digitales/eldiario-evolucion-audiencia/to y www.ojdinteractiva.es/medios-digitales/meneame-evolucion-audiencia/tot ). La mentira es tan burda que cae por su propio peso, pero Benjami va con ello.
Los datos de Google Trends muestran que, ya a finales de 2023, Menéame estaba muy mal, pero se han desplomado a la mitad en los últimos dos años. Y es que tener un dueño que disfruta humillando a los users con total impunidad no ayuda. Seguiremos contemplando espectáculo mientras dure.
Llevamos bastante tiempo hablando de la crisis del periodismo, de cómo los medios tradicionales pierden audiencia y lectores en favor de las redes sociales, los algoritmos y otras opciones más modernas, pero hay un elefante en esa habitación que nadie quiere señalar. Voy a intentarlo.
Empecé a escribir en prensa en 1984, en un preiódico local de la Bañeza (León) llamado Bedunia. En 1987 ya escribía en un periódico provincial y publiqué por primera vez en un periódico nacional en 1991. No os cuento esto para deciros que fui un buen periodista, pero sí para aseguraros que he visto muchos tipos de redacciones y de medios, y las he visto desde más puntos de vista de los que soy ahora capaz de recordar.
La cuestión, tirando de mi archivo y del trastero de casa de mis padres, es que en 1994, el Diario de León de un día cualquiera de Marzo tenía 56 páginas, y contenía 89 artículos, entre los largos y los cortos. En 1998, un día entre semana de septiembre, La Opinión de Zamora tenía 48 páginas y conté 73 artículos.
Cuando escribías una pieza para uno de esos medios, contabas con que la leyese la gente de su ámbito de influencia un día, y que luego el peródico se fuese a envolver bocatas, sin esperanza alguna de que alguien siguiera consultándolo durante meses o años. Y podía haber noticias o no todos los días, pero el periódico salía a diario y había que buscarse la vida para llenarlo con temas que impulsasen a tus lectores a pasar por el kiosco a llevarse el periódico bajo el brazo, con la barra de pan.
Y ahora, cualquiera lo podéis comprobar, pretenden hacer un periódico con 10, 12, o 20 noticias diarias como mucho. Que si digitales, que si el coño de la Bernarda, pero la cifra es esa. Y con los suplementos culturales semanales pasa otro tanto. ¿Cuántas piezas publicaba semanalmente Babelia o XLSemanal, o Interviú (tetas aparte)? Lo he comprobado y andan entre 60 y 80, y contaban con más de 100 páginas por número. Semanal.
Una de las mejores revistas culturales de hoy en día es Jotdown, y citaré luego a Ángel para preguntarle, pero no creo que publique más de 25-30 artículos por semana. Los mismo se puede ver en Revistas como el Cultural o Babelia. Sacan 25-30 artículos por semana como mucho.
Y eso es lo que pasa. Al menos parte de lo que pasa. Los periódicos se han reducido terriblemente, repitiénndose unos a otros, sin tomarse la molestia de añadir temas, de salir de su nicho, de ampliar hasta el absurdo buscando el interés de más y más diversos lectores. ¿Pero qué os pensábais? ¿que en el Diario de León o en la Opinión de Zamora trabajaban cincuenta personas para escribir todo aquello a diario? Había diez, doce, catorce trabajadores, que se hacían el puto periódico entero todos los días del año, y escribían como galeotes. ¿De dónde creéis que salió mi facilidad para, de un modo u otro, escribir un artículo en media hora? ¿Y de dónde pensáis que salió mi maldita indiferencia con las erratas? De que había un tío que lo corregía todo, una especie de Pemán con mala uva, porque lo tuyo era escribir lo que fuese a toda hostia, y llenar el hueco de ese anuncio que se cayó a media hora del cierre.
Y ahora escriben la cuarta parte, ofrecen la cuarta parte, y esperan que el lector los valore igual. Un lector que, además, tuvo aquella experiencia, porque muchos de los lectores de prensa pasan ampliamente de los cincuenta.
Pues no, oye. Pues no, oye, cuando me ofrezcas sesenta páginas con ochenta artículos, en un periódico local, lo hablamos. Cuando me ofrezcas 120 páginas con 100 artículos en un cultural semanal, lo veré de otro modo, incluso cuando no traiga tías en bolas. Mientras vayamos a la reduflación, sólo dejaremos hueco para la competencia amateur, para que cuatro amigos puedan fundar una cabecera digital que se lleve su porcioncita del pastel, para que el producto final se acerque cada día un poco más a lo que la gente no acaba de apreciar del todo.
Y mira que no me beneficia nada decir esto, pero creo que por una vez hay que señalar a este elefante. Es necesario.
menéame