Eric Wolf ha demostrado que la espesa niebla orgánica que envolvía la Tierra primitiva hace varios miles de millones de años, similar a la que envuelve a la luna Titán, protegió a la vida primordial de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta. Además, las partículas de aerosoles fractales habrían permitido que gases como el amoniaco se acumularan, causando el calentamiento de efecto invernadero y evitando que el planeta se congelara. Rel.: Una solución a la Paradoja del Joven Sol Tenue
Comentarios
Pan y circo.
#0 Para que luego digan que la ciencia no tiene poesía (¡qué titular más evocador!)
Ponemos fractal en el titulo y quedamos como Dios... hay nieblas no fractales?