Los martillos de guerra sufrieron una evolución paralela a la del armamento defensivo. Las primeras aumentan su resistencia y las segundas siempre intentando superar su resistencia. En la época en que el martillo comenzó a extenderse por Europa, el armamento defensivo era bastante variopinto. Desde un simple capacete a sofisticadas lórigas que cubrían el cuerpo de los caballeros y hombres de armas. Así pues, la morfología necesaria para vulnerar esas defensas abarcaban por igual le necesidad de contundencia y de hendir. Veamos por qué...

Comentarios

I

Esta creo que es la tercera entrega sobre castillos medievales. Es un blog magnífico, trata especialmente sobre temas bélicos en esos tiempos. Muy recomendable.

Aguarrás

Póngame dos, uno p'al coche y otro p'a la cabecera la cama!
Adoro este blog.

D

yo es que soy más de espada de dos manos y arco.