Un hombre resulta herido al desprenderse la cornisa de una fachada cuando fumaba en la puerta de un bar de Bilbao. «Hacía un viento tremendo», recordaba Santofimia tras precisar que «seis o siete» colegas se apostaron en la puerta de la taberna, cigarro en mano. La casualidad quiso que en ese momento el dintel de una ventana situada en el cuarto piso del edificio no aguantara más los embates del aire y se precipitara sobre José Miguel -su novia y otros dos amigos también sufrieron heridas, aunque en su caso no revisten excesiva gravedad-.
Comentarios
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#1 #2 Simplemente lo he puesto como una anécdota curiosa, es evidente que la culpa no es de la ley antitabaco.
#3 Lo decía por el titular que ha puesto el periodista. La noticia en sí no deja de ser un suceso curioso
Gracias a la ley antitabaco, un perro me marco su territorio en los zapatos.
Que gran verdad, los legajos de la ley treparon por la fachada y esperaron a que un fumador quedase situado debajo para, alevosamente, desprender una piedra de la fachada y lanzarsela a la cabeza. ¡A la carcel con esa ley!