Hace 16 años | Por --42610-- a blogak.com
Publicado hace 16 años por --42610-- a blogak.com

Carta de respuesta a Mr. Johnson de WSJ, escrita por la escritora Katixa Agirre: "Dear Mr. Johnson: I am writing this e-mail as a response to the impression that your article about the Basque language (WSJ, Basque Inquisition: How Do You Say Shepherd in Euskera? November 6, 2007) has made on me. As, from my point of view, your article is full of mistakes, falsehoods and bias, I will try to shed some more light on this topic."

Comentarios

drjackZon

Traduzco

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Querido Sr. Johnson:

Le escribo este e-mail como respuesta a la impresión que de su artículo acerca de la lengua vasca (WSJ, Basque Inquisition: How Do You Say Shepherd in Euskera? 6 de noviembre de 2007) me llevé. Tal y como yo lo veo, su artículo está repleto de errores, falsedades y prejuicios. Intantaré arrojar algo de luz sobre este tema.

Comienza su artículo con un asunto polémico: la necesidad de conocer la lengua vasca por parte de los profesores. Como ya sabrá, el euskera is un idioma cooficial (junto al castellano) en las tres provincias de la Comunidad Autónoma Vasca. Cooficial significa que yo, como ciudadana de la CAV, tengo derecho a ser enseñada en euskera si yo así lo deseo (o mis padres lo quieren). Es debido a que la demanda de educación en euskera ha crecido enormemente en las últimas décadas, que haya tal necesidad de un profesorado vascoparlante. Es deber del gobierno garantizar este derecho básico (recogido tanto en la Constitución española como en el Estatuto vasco).

Respecto a los profesores obligados a aprender euskera para poder educar en dicho idioma, le aseguro que no se trata de ninguna tragedia para la mayoría de ellos. Pueden estar dos o tres años de exención, manteniendo sus salarios, para volver a ser alumnos. Al terminar, conocerán una nueva lengua, que siempre es algo enriquecedor, y seguramente tendrán más predisposición para aprender una tercera.

Menciona usted otros servicios públicos, como la sanidad, la policía o el sistema postal. Aun cuando yo tengo derecho a ser atendida euskera por los funcionarios públicos, resulta difícil encontrar a alguno que pueda responderme en este idioma; especialmente en ciudades como Bilbao o Vitoria (que, por cierto, es la segunda ciudad más poblada del Páis Vasco). Los cambios en estos campos son lentos, y decir que carecemos de especialistas porque exigimos el euskera es falso y un insulto a nuestra inteligencia.

En el fondo, cuando algunas personas se quejan de la necesidad de funcionarios vascoparlantes, lo que hacen es cuestionar la cooficialidad del euskera. Posiblemente no estén en contra de la lengua, pero serían más felices si sólo se hablase entre pastores, o sólo en la casa de cada uno.

Ahí tenemos las palabras de Leopoldo Barreda: «El euskera no se usa en la vida real». Más que «en la vida real» debería entendérsele «en mi vida». Le invito, Sr. Johnson, a que visite »mi vida real» y compruebe si el euskera se usa o no. No comprendo por qué cita la opinión del Sr. Barreda y no la de un vascoparlante. El Sr. Barreda no sabe euskera y, por tanto, no lo usa ni lo siente en su vida. Cuando un vascohablante está con uno que no habla su idioma, no tenemos ningún problema en usar el castellano. Por desgracia, esto lleva a ocultar el uso del euskera a muchos castellanoparlantes monolingües.

Lo más gracioso de su artículo es el tema de la etimología.. Destaca que el euskera está repleto de neologismos. Menciona «_democracy_». ¿Acaso cree que es una palabra originaria del inglés? Creía que venía del griego antiguo. Por lo que en castellano (democracia), francés (démocratie) o euskera (demokrazia) utilizamos la misma raíz griega para expresear el mismo término. También menciona «_airport_». Supongo que ni en inglés ni en castellano había muchos aeropuertos en el siglo XIX. Por lo que supongo que tuvieron que inventarlo y buscaron alguna raíz común. Nosotros decimos «aireportua». ¿Tan raro le resulta? Podría seguir con los demás vocablos que menciona, pero espero que haya comprendido la idea.

Cursé toda mi educación en euskera (incluida la superior), pero quizá usted sea más agudo que yo, así que si ha encontrado algún libro de texto en que se mencione que Euskal Herria fue colonizada por el Imperio Español, le pido que, por favor, me lo enseñe. Es una falacia usada por los nacionalistas españoles, pero no es cierto.

Posiblemente, lo más insultante de su artículo es cuando compara violencia e idioma. Cuando sugiere que blandir un arma es como blandir la gramática (vasca), me insulta a mí y a muchos otros que estamos en contra de la violencia y pensamos que sirve como disuasión para aceptar el euskera en otros ámbitos.

Me gustaría finalizar mi casta invitándole a echar un vistazo a las tesis doctorales que se escriben anualmente en euskera, a escuchar música electrónica en euskera o navegar por la floreciente blogosfera vasca. Esperemos que no se atreva entonces a afirmar de nuevo que el euskera no es un idioma para los tiempos modernos.

Atentamente,

Katixa Agirre

ikatza

Puede que en España el tema del artículo sobre el euskara en el WSJ haya pasado desapercibido, pero en Euskadi y la blogosfera vasca ha habido bastante revuelo. Docenas de instituciones, organizaciones y particulares hemos escrito a este periodista y denunciado el caracter claramente difamatorio de su artículo. Keith Johnson ha respondido, medio justificandose-medio retractandose, y según veo en http://www.zabaldu.com parece ser que ha llegado a cambiar el título de su artículo, de "Basque inquisition: How Do You Say Shepherd in Euskera?" a "Basques bring old tongue to life", bastante más adecuado.

D

ya que lo envías, al menos, podías traducir el cuerpo de la noticia.

D

Y a los que no les ha pasado desapercibido, parece que les ha gustado. ASí es esa España cerrada, paleta y cada vez más cateta. Menos mal que no todos son así.
Copio y pego un lúcido artículo de Xabi Larrañaga en Noticias de Álava sobre el tema (10-11-2007):

"HACE dos años un columnista confesó que sólo usaba el castellano con la criada y los empleados, y sostuvo que en Barcelona es de pobres, horteras, analfabetos y gente de clase baja hablar un idioma "que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota". El artículo se publicó en catalán, en un diario que cuenta con menos de cien mil lectores, lo cual no fue óbice para que los principales periódicos y opinadores gastaran litros de tinta y saliva en responder con ira a aquel idiota provocador.

En Internet lo mínimo que le llamaron fue gilipollas y se extendió una epidemia de bilis vengativa. Hace cuatro días un periodista ha escrito en inglés, y en un medio que tiene dos millones de lectores, que el euskara es inadecuado para la vida moderna, pues dispone de diez términos para decir "pastor" y sin embargo ha de crear neologismos para palabras como "ciencia", "aeropuerto" o "democracia". Y ha expresado su sorpresa por el apoyo institucional a una lengua sin relación con ninguna otra europea, teniendo como tenemos a mano el español, utilizado por 450 millones de personas.

Los principales periódicos y opinadores sólo han abierto la boca para destacar la sensatez del articulista. En Internet lo mínimo que le han llamado es valiente y se ha extendido el recochineo metropolitano a cuenta de esos vasquitos con la txapela atornillada. La sacrosanta Constitución afirma que "la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección". La realidad es que a los más fogosos constitucionalistas se la pela ese detalle. Su silencio o aplauso cómplice, además, nos daña dos veces, pues a la herida sentimental se le une el cáncer intelectual.

O sea, que casi parecen disfrutar empujándonos a las trincheras del victimismo y al numantismo irredento. Y así no hay quien debata con calma sobre las virtudes y defectos de la dichosa normalización lingüística.

d

Mira que sois pesados algunos vascos y catalanes con vuestro rollo del rollo diferencial.