Hace 2 años | Por --11042-- a publico.es
Publicado hace 2 años por --11042-- a publico.es

No resulta fácil hablar del ‘subconsciente’ sin abandonar antes por completo el rigor, la precisión y el necesario fundamento empírico que requieren el conocimiento, la investigación y la divulgación científica. No en balde, se trata de un concepto coloquial, muy anclado en la cultura popular del último siglo y medio, pero mayoritariamente rechazado o ignorado por la Psicología, la Neurología y por la comunidad científica, en general.

Comentarios

b

#3 nadie niega que haya procesos del Los que no somos conscientes. Lo que se pone en duda es que exista una mente debe de la mente con su propia agenda.

sorrillo

#6 En pacientes cuya conexión entre las dos mitades del cerebro se ha roto se ha podido comprobar que se comportan de forma independiente, tomando decisiones distintas y racionalizando las decisiones del otro lóbulo (cooperan).

Una de las mitades tiene lenguaje y el otro no.

Eso podría llevar a concluir que en las personas que tienen esa conexión intacta esa interacción pueda existir también aunque gracias a la conexión entre las dos mitades sea más fluida y difícil de diferenciar, más colaborativa aún.

La mitad sin lenguaje podría estar actuando de subconsciente, de una consciencia independiente que solo puede comunicarse a través de la mitad que sí tiene lenguaje para expresarlo.

Solo tenemos un corazón pero tenemos dos pulmones, dos ojos, dos pares de extremidades ... que tengamos dos cerebros conectados no parece desalineado con el resto del cuerpo.

Nota: dije lóbulos inicialmente pero creo que es otra cosa.

b

#7 el cerebro tomará decisiones con la información que tenga. Si cortas la conexión cada lado racionaliza a posteriori y de forma consciente con los datos que tiene. Pero no es que secretamente haya una entidad por detrás con deseos y recuerdos reprimidos ( que casualmente según Freud suelen ser de sexo con la familia)

sorrillo

#10 Sería muy ineficiente que toda la información llegase a todas las partes del cerebro, por lo que cada parte, si es consciente, tendrá un segmento de la información existente y por lo tanto las decisiones pueden no coincidir.

Eso puede llevar a que la parte del cerebro que controla el lenguaje diga que quiere hacer algo y la parte que controla el sistema motriz no actúe en base a esa decisión. Eso puede parecer algo muy evidente y de lo que seríamos conscientes pero ahí puede entrar la racionalización de lo ocurrido, el buscar una razón por la cual a pesar de haber dicho que haríamos una cosa no la hemos hecho.

Eso quedaría avalado por la racionalización que hace una mitad del cerebro de lo que hace la otra cuando la conexión se ha roto, el cómo se hace suyo lo ocurrido y le da una explicación para no reconocer que esa decisión ha sido tomada sin su consentimiento (por que no tiene el control de esa extremidad).

tusitala

#3 Creo que tienes razón. Negar la existencia de un subconsciente del tipo psicoanálisis no implica que podamos dirigir conscientemente nuestros actos. Si no yo podría decirle hola a esa chica tan maja que me mira al otro lado del vagón de metro. Pero algun circuito neuronal que no puedo controlar activa la ansiedad en mi.
Además, los animales que no tienen conciencia tienen que actuar a merced de algún mecanismo, no lo llames inconsciente si no quieres pero tampoco es consciente.

D

#3 No sé cuanto toma tomar una decisión, pero es medible (y se puede saber cual decisión es) antes de que el involucrado lo sepa conscientemente. Por lo menos un segundo antes, pero hay quién reclama anticipaciones mayores.

b

Aquí hay una charla de Ramón Nogueras sobre el tema

kmon

Para mí siempre ha sido el súperconsciente, porque es más consciente que yo

Fingolfin

cocolisto

El subconsciente es un subproducto de la inatención de la mente.Me creo.

mmlv

Supongo que los que niegan la existencia del subconsciente sueñan de forma completamente consciente

glups

Llamalo instinto natural.

deathcorekid

No, ni siquiera existe el consciente.
Nos hemos inventado nombres para intentar dar sentido a algo que no entendemos como funciona.