El deseo es el motor de nuestra existencia, por lo menos así lo creía el Premio Nobel Bertrand Russell. Según él, nuestra capacidad para hacer algo siempre se veía controlada por nuestros deseos, no por el instinto, la bondad o la naturaleza, sino por algo mucho más azaroso, lo que hace al hombre tan incomprensible. Podemos desear algo con todas nuestras fuerzas y al lograrlo nos damos cuenta que simplemente deseábamos conseguir algo, mas no era lo que traería felicidad o tranquilidad.
Comentarios
¿Follar, comer, beber, dormir?
#1 no mencionas cagar.
#1 Al parecer lleva éste orden natural:
Follar, comer, follar, beber, follar, dormir, follar. (bis)
#1 Has dado en el clavo.
Comer, dormir, beber agua (alguna pequeña cerveza o un sorbo de vino de tarde en tarde), cagar, mear, comprar en el LIDL, conducir el Opel Corsa y leer las noticias de Menéame. Yo soy asexual así que el sexo me la suda.
Pues esos cuatro deseos: codicia, vanidad, rivalidad y deseo de poder no solo perjudican a las personas como tales, si no que son los que destruyen el mundo en general.
¿Soy el único que ha fracasado por ser totalmente carencial en esos cuatro?
Meneo al canto para el maestro Russell
Estos 4 elementos están muy relacionados con el diagrama de la estupidez de Carlo María Cipolla
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Grafico_Cipolla.png