Muchos tenemos la suerte de recordar los cuentos que nuestros abuelos nos contaban, esos platos de comida casera que nos preparaban, el olor del tapete de la mesa camilla sobre la que jugábamos a las cartas con ellos o las anécdotas que nos relataban sobre su infancia. Algunos, incluso, puede que nos encontremos sin pretenderlo repitiendo perfectamente la letra de una canción popular que canturreaban o que tengamos la vaga memoria de su paciente compañía mientras jugábamos en los columpios del parque.
Comentarios
Malcriarlos consintiendoles todo
Les cuentan batallitas... y siempre igual.
Eso hacía mi abuelo y nos encantaba sabernos las palabras y el final.
#1 A los mas peques también les encanta que les cuenten siempre la misma historia antes de ir a dormir. A edades tempranas, cuando el aprendizaje de la lengua aún es primario, les encanta saber qué pasará y como pasará para afianzar sus conocimientos. A medida que se lo van aprendiendo empiezan a cambiar de historias, pero luego repiten las nuevas. Hasta que el lenguaje no está totalmente establecido y aprendido no empiezan a querer oir/leer historias distintas cada vez.
Les llevaban a coger piñones, a montar en bicicleta, a jugar al parque... En fin...
Les dan chuches!