No se me olvidará un día que me llamó una amiga, de las dulces, tranquilas, de mente muy racional..., llorando para que fuese a su casa porque no aguantaba a su bebé. La pobre llevaba tiempo sin pegar ojo, porque el crío tenía cólicos y lloraba sin parar. Y no es que llorase muy alto, pero era un llanto angustiante.
La madre sin ayuda, sin descansar, con puntos, intentando darle el pecho (que también era un capítulo aparte) y el chaval sin parar.
Me puso de los nervios a mi en un par de horas y yo estaba bien. La solución fue conseguir gente para ayudar y turnarnos.
No lo justifico, pero hay que vivirlo.
#24 Por supuesto, pero el llanto de un peque es demoledor.