Igual que 1984 se ha convertido en un libro profético, a veces incluso costumbrista, creo que vale la pena recordar Terminator por las mismas lamentables razones. La fusión de la inteligencia artificial y los drones, junto con la evolución de las máquinas autónomas de combate nos van a obligar a ver esta película.
Aunque no nos guste.
Y el caso es que me gustó, y mucho.