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Si el sonido de alguien masticando te provoca una ira asesina, no estás loco: tu cerebro es una bomba de relojería
La misofonía, que literalmente significa «odio al sonido», es un trastorno que va mucho más allá de una simple aversión. No se trata de que no te guste el heavy metal o el reguetón. El problema surge con sonidos muy específicos, casi siempre relacionados con la boca. Y es que para quien lo sufre, la misofonía es un trastorno en el que ciertos sonidos desencadenan una reacción emocional extrema, como el pánico, la ira o la ansiedad.
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Ya no te digo si es un sindicalista dando cuenta de una buena mariscada. Entras a matar.

#1 No me esperaba esa salida, muy buena.