Hay gente que es muy buena engañando a los demás, y otros somos muy malos por la falta de práctica. Pero todos somos muy, muy buenos engañandonos a nosotros mismos.
Somos capaces de no ver lo que está ante nuestros ojos y negar la evidencia, con tal de no reconocer que nos equivocamos. Fabularemos de forma automática ante cualquier amenaza a alguna de nuestras creencias fundamentales. Negaremos cualquier razonamiento por bien construido que esté, si este ataca nuestra buena imagen de nosotros mismos.
Nos identificamos hasta tal punto con nuestras opiniones y creencias que consideramos cualquier crítica a ellas como una agresión a nosotros mismos. Desde ese punto de vista, es razonable pensar que la evolución nos protege de nosotros mismos cuando hacemos AUTOCRÍTICA, en caso de producirse una disonancia cognitiva. Emplearemos trucos como "prefiero no pensar en esto", "prefiero no hablar de esto", o directamente negaremos la realidad, e inventaremos una en la que nuestras posibilidades de bienestar y supervivencia sean mayores. Ese es el objetivo de un primate superior que vive en las cavernas con un montón de primates. Lo que pasa es que los genes cambian despacio y la sociedad rápido. Pero esa es otra historia...
Id con cuidado ahí fuera, Meneantes
Comentarios
#5 Moola. Yo dedicaría menos horas lectivas a memorizar y más a pensar. Pero en plan como enseñaba Sócrates. Para librarnos de errores en nuestra forma de razonar.
#6 Uy! eso de presentar fines sin tener en cuenta medios... El idealismo, tan bonito...
Me temo que, de entrada, el sistema recompensa más a quien mejor sabe mentir. Cuanto más al por mayor mejor. Y como dice Harari vivimos en un mundo de ficciones compartidas: países, dinero, religiones que además están arrasando con el sustrato biológico que como animales necesitamos.
#0 Tal vez el problema del yo, de la supervivencia, del cerebro de reptil sea muy deudor del contexto, del mismo modo que es la escasez de recursos la que aboca a la confrontación antes que una mácula indeleble en el alma humana. (Que seguramente también).
Y terminamos pensando unos contra otros en lugar de pensar juntos, realmente aún no hemos sido capaces de constituir un colectivo, como sí han sabido hacer las células que conforman nuestros cuerpos, pero apostaría que es nuestro destino
#1 Eyy. Cuanto bueno por aquí.
Bueno, en mi opinión si se forman colectivos, como por ejemplo tribus, precisamente para competir por los recursos. Y luego ya la evolución extinguió a los humanos que iban solos a su puta bola todo el rato porque resultaron menos eficientes a la hora de reproducirse o sobrevivir aislados. Quizá por eso tenemos necesidad de socializar. A otras especies les pasa igual. Las urracas por ejemplo.
Los humanos y las urracas me caen bien porque son parecidos. Y porque yo soy humano además de kraken.
#2 Yo veo esos colectivos tribales más como conatos que como un organismo en sí mismo, que en mi opinión es lo que estamos abocados a constituir, siguiendo ese principio de fractalidad que es el "como es arriba, es abajo".
Humanos y hurracas, clavados: si brilla lo roban
#3 lol. Inteligencia, trabajo en equipo, omnívoros y adaptables. Y usan herramientas.
#0 #1 Aquí os dejo un breve artículo que escribí hace ya un tiempo por aquí en Menéame, creo que muy relacionado con este, por si os apateciera echar el ratillo:
Del mito de la educación y la verdad: la mentira como institución
#5 si lo peor que se puede decir de la ilustración es que se quedaron cortos en los medios pero acertaron en los fines... Ni tan mal ¿no?
La verdad es una cosa bastante escurridiza además, más claras son las mentiras y bastante burdas por lo general 😉