El software que mueve gran parte del mundo moderno —desde aplicaciones móviles hasta sistemas financieros y plataformas de inteligencia artificial— descansa, en innumerables casos, sobre los hombros de desarrolladores voluntarios que trabajan sin cobrar. Y muchos de ellos están al límite. Un nuevo informe financiado por Sentry y elaborado por la investigadora Miranda Heath: los desarrolladores de proyectos de código abierto están exhaustos, desbordados y, en muchos casos, dispuestos a abandonar.