La belleza de la palabra
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Poema - "En el parque, leyendo"

¿Tienes un cigarro?

Levanto la mirada:

Unos 45 años,

en la cuneta.

Le digo que sí

y le alargo un Camel.

Gracias – dice–,

a las diez cierran la verja.

Ahora se las doy yo a él.

Le veo irse,

cabizbajo,

hacia los árboles.

Hace un alto

en una papelera.

Decido cenar algo

yo también.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - "El amigo"

Llora cuanto quieras

sobre mi hombro,

desahógate,

cuenta conmigo

para lo que te haga falta.

Pero no te equivoques,

no soy mejor que él:

le envidio

cada una

de tus lágrimas.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - "El remordimiento"

He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer.

No he sido feliz.

Que los glaciares del olvido

me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego

arriesgado y hermoso de la vida,

para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé.

No fui feliz.

Cumplida no fue su joven voluntad.

Mi mente se aplicó a las simétricas porfías

del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor.

No fui valiente.

No me abandona. Siempre está a mi lado

la sombra de haber sido un desdichado.

Jorge Luis Borges

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Haiku 5...

Sé coherente

como cualquier condena

equivocada.

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Poema - Muere lentamente

Poema - Muere lentamente

Muere lentamente quien no viaja,

quien no lee,

quien no oye música,

quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente

quien destruye su amor propio,

quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito

repitiendo todos los días los mismos trayectos,

quien no cambia de marca,

no se atreve a cambiar el color de su vestimenta

o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,

justamente estas que regresan el brillo

a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando esta infeliz

con su trabajo, o su amor,

quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño

quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,

huir de los consejos sensatos…

¡Vive hoy!

¡Arriesga hoy!

¡Hazlo hoy!

¡No te dejes morir lentamente!

¡No te impidas ser feliz!

Martha Medeiros

Biografía

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Ocho poemas de Nietzsche que nos instilan pasión por la vida

Ocho poemas de Nietzsche que nos instilan pasión por la vida

Aunque paradójicamente siempre le hemos visto como alguien pesimista, un tanto amargado que no hacía más que maldecir la existencia, de su obra se desprende un profundo amor por la vida. Es probable que su forma de enseñarnos a apreciar lo mejor de la vida fuera mostrarnos que la existencia es una trampa de la que podemos escapar, que, en realidad, tenemos la llave para salir en nuestra mano.
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Fragmento de "Llamo a la juventud."

(...)

Bajo una zarpa de lluvia,

y un racimo de relente,

y un ejército de sol,

campan los cuerpos rebeldes

de los españoles dignos

que al yugo no se someten,

y la claridad los sigue,

y los robles los refieren.

Entre graves camilleros

hay heridos que se mueren

con el rostro rodeado

de tan diáfanos ponientes,

que son auroras sembradas

alrededor de sus sienes.

Parecen plata dormida

y oro en reposo parecen.

Llegaron a las trincheras

y dijeron firmemente:

¡Aquí echaremos raíces

antes que nadie nos eche!

Y la muerte se sintió

orgullosa de tenerles.

(...)

"Llamo a la juventud" de Miguel Hernández.

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Haikus 2 al 4

2.

Toda mi vida

se traza con ausencias:

bajorrelieves.

3.

Me abandonaste:

no jugaremos juntos

en el cadalso.

4.

Las espirales

dibujan laberintos

para indecisos

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Poema - Ideario

Me da vértigo el punto muerto

y la marcha atrás,

vivir en los atascos,

los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas,

la doble dirección de las palabras

y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,

las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,

las frases que están hechas,

los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo

a conquistar la Tierra

y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines

en los pasos de cebra,

los que enferman de cáncer

y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura

de los cuerpos perfectos,

las sirenas que ululan en las noches de fiesta,

los códigos de barras,

el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,

el paso obligatorio, las tardes de domingo

y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas

y aquellos que se aferran

a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico

y tanto sinsentido,

parado frente al mar mientras que el mundo gira.

Francisco M. Ortega Palomares

Ideario (de su poemario “Cuenta atrás”)

Algunas estrofas recitadas por Roberto Iniesta Ojea (grupo "Extremoduro") en su tema "Stand by"

Fuente

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Poema - "Nota sobre la construcción de las masas"

Poema - "Nota sobre la construcción de las masas"

Alguna gente es joven y nada más,

alguna gente es vieja y nada más.

Y alguna gente está en el medio,

sólo en el medio.

Y si las moscas usaran ropa

y todos los edificios ardieran en

fuego dorado,

si el cielo se sacudiera como

en la danza del vientre

y todas las bombas atómicas empezaran a

gritar,

alguna gente sería joven y nada más

y alguna gente sería vieja y nada más,

y el resto sería lo mismo,

el resto sería lo mismo.

Los pocos diferentes

son eliminados bastante rápido,

por la policía, por sus madres,

sus hermanos,

y otros,

por sí mismos.

Lo que queda es lo que ves,

es duro.

Charles Bukowski

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Poema - "Teoría de conjuntos"

Poema - "Teoría de conjuntos"

Cada cuerpo tiene

su armonía y

su desarmonía.

En algunos casos,

la suma de armonías

puede ser casi

empalagosa.

En otros,

el conjunto

de desarmonías,

produce algo mejor

que la belleza.

Mario Benedetti



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Jatetu jaiku

Espejo quebrado,

reflejos de ego y

sombras que ahogan.

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A una Rosa, Gongora

Ayer naciste, y morirás mañana.

Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?

¿Para vivir tan poco estás lucida?

Y, ¿para no ser nada estás lozana?

Si te engañó su hermosura vana,

bien presto la verás desvanecida,

porque en tu hermosura está escondida

la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano,

ley de la agricultura permitida,

grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano;

dilata tu nacer para la vida,

que anticipas tu ser para tu muerte.

Ya besando unas manos cristalinas,

ya anudándose a un blanco y liso cuello,

ya esparciendo por él aquel cabello

que Amor sacó entre el oro de sus minas,

ya quebrando en aquellas perlas finas

palabras dulces mil sin merecello,

ya cogiendo de cada labio bello

purpúreas rosas sin temor de espinas,

estaba, oh, claro sol invidïoso,

cuando tu luz, hiriéndome los ojos,

mató mi gloria y acabó mi suerte.

Si el cielo ya no es menos poderoso,

porque no den los suyos más enojos,

rayos, como a tu hijo, te den muerte.

10 A un olmo seco, de Antonio Machado

Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,

habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas

urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana,

ardas de alguna mísera caseta,

al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hasta la mar te empuje

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

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Poema - El futuro

El futuro es vuestro,

chavales,

decían, 

como quien te dice 

que te ha tocado algo.

¡El futuro!

Menudo fraude:

letras y letras,

y más letras de Banco,

o la puta calle.

Karmelo C. Iribarren

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Poema - Viceversa

Poema - Viceversa

Tengo miedo de verte,

necesidad de verte,

esperanza de verte,

desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte,

preocupación de hallarte,

certidumbre de hallarte,

pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte,

alegría de oírte,

buena suerte de oírte

y temores de oírte.

O sea,

resumiendo,

estoy jodido y radiante,

quizá más lo primero que lo segundo

y también viceversa.

Mario Benedetti

Poema recitado por el autor

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Poema - "La última costa"

Los días pasan

como pasan siempre los días,

sin grandes sobresaltos,

con esa rara mezcla de lentitud y vértigo.

Hasta ese en que ves aparecer al otro lado

—allí, entre la niebla, aún lejos—

una proa apuntando hacia tu orilla.

Y es justo entonces

cuando —absuelto

de todos tus errores, perdonado,

en calma al fin, sereno, en paz—

empiezas a reconciliarte con la vida.

Pero la proa no deja de avanzar.

Karmelo C. Iribarren, “El escenario”

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Poema - "Teoría y práctica"

Señoras y señores

hoy trataremos del imperialismo

tema difícil si los hay

y a veces engorroso de sitiar

en sólo media hora de pésimas noticias.

En consecuencia intentaré abordarlo

tal como en un pasado alegre y misterioso

se solía abordar los bajeles piratas

quiero decir

de un modo irregular.

Digamos por ejemplo

que una campana suena a lo lejos mansa

y purifica el diálogo y se queda

como el sol en las copas de los árboles.

A pesar del calor, el horizonte

se pone su bufanda

y unos pájaros sueltos y agilísimos

la recorren

y no son golondrinas.

Nada de eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que una muchacha quiebra la mañana

con sus caderas móviles

sus ojos perentorios

sus labios de cosecha

su paso que no pasa

y el muchacho espera invencible y modesto

la incluye en su destino. la estudia poro a poro

y así centineándola

se atreve o no se atreve.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que un niño escucha el mundo y decidiéndose

le echa su bocanada de candor

aprende cómo son sus pies y se los come

discute con el techo y lo convence

llora para variar y porque sabe

que a su alarido comparece el seno

con su promesa láctea y esa piel

que le gusta sentir junto a los párpados

y sabe que es feliz aunque no sepa

qué precio va a pagar o qué desprecio.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que un viejo está aprendiendo el alfabeto

y clava en su memoria los diptongos

y las esdrújulas que son tan cómodas

porque llevan acento indiscutible

tiene rostro de cuáquero este viejo

pero el alma la tiene de resorte

y escribe llubia porque en su campito

nunca vio que lloviera con ve corta.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que una máquina late en el delirio

dice ruidosamente su producto

y las manos lo ayudan lo enderezan

lo limpian lo acicalan y lo envasan

manos que se conocen hace años

y hace años se mojan y se secan

se dan la bienvenida y los adioses

se preguntan se llaman se responden

se apoyan en la máquina materna

que dice su producto y carraspea

y cuando las ve juntas veteranas

suelta dos o tres lágrimas de aceite.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que en la serena noche conyugal la pareja

hizo un hijo porque le dio la gana

y le ha dado la gana porque sabe

que un hijo es el profeta cotidiano

irá anunciándolos de sol a sol

irá diciendo a todos que es un hijo

y se alimentará con insolente

apetito y probará la patria

como si fuera pan caliente y nuevo.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que la frontera pierde sus aduanas

y hasta nos invadimos los unos a los otros

nos prestamos volcanes y arroyitos

y cobre y antropólogos y azúcar

y lana y proteínas y arcoíris

y alfabetizadores y durmientes

y poetas y prosistas y petróleo

y el contrabando queda para el viento

y para los amantes migratorios.

Tampoco eso es el imperialismo.

Digamos por ejemplo

que la lluvia y el sol nos pertenecen

también el sobrecielo y el subsuelo

las provincias de nuestro corazón

y el territorio de nuestro trabajo.

Somos iguales ante los iguales

en un mundo de pares y sin otros

una linda locura de los cuerdos

y cierta estratagema de justicia

vamos poniendo tildes a presagios

que se cumplieron o se están cumpliendo

en un comienzo fuimos sólo islas

ahora somos urgentes archipiélagos.

Tampoco eso es el imperialismo.

Y digamos por último

que tenemos la noche y nuestra casa

y un reloj que no cuenta hacia la muerte

la ciencia avanza tanto que ha logrado

aislar el virus de la xenofobia

y la patria es ahora un salado bautismo

que va de mar a mar

y los abismos siguen existiendo

aunque nadie se arroje a su silencio.

Siempre es duro vivir pero se vive

dentro de las esclusas de la vida.

Y una vez más afirmo

nada de esto es el imperialismo.

Confío no haber sido demasiado sectario

en el enfoque teórico del tema.

Señoras y señores

acaba de avisarme un compañero

que afuera nos esperan los señores gendarmes

tal vez para brindarnos alguna clase práctica.

Deseémonos coraje

y buena suerte.

He dicho.

Muchas gracias.

Mario Benedetti

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Poema - "Queda prohibido…"

Poema - "Queda prohibido…"

Queda prohibido llorar sin aprender,

levantarte un día sin saber que hacer,

tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres,

abandonarlo todo por miedo,

no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,

hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,

no intentar comprender lo que vivieron juntos,

llamarles sólo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,

fingir ante las personas que no te importan,

hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,

olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,

no creer en Dios y hacer tu destino,

tener miedo a la vida y a sus compromisos,

no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,

olvidar sus ojos, su risa,

todo porque sus caminos han dejado de abrazarse;

olvidar su pasado y apagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,

pensar que sus vidas valen más que la tuya,

no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,

dejar de dar las gracias a tu familia por tu vida,

no tener un momento para la gente que te necesita,

no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,

no vivir tu vida con una actitud positiva,

no pensar en que podemos ser mejores,

no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

Sobre el autor de este poema:

verne.elpais.com/verne/2020/04/07/articulo/1586261673_375004.html

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Dulce Soñar

Dulce soñar y dulce congojarme,

cuando estaba soñando que soñaba;

dulce gozar con lo que me engañaba,

si un poco más durara el engañarme.

Dulce no estar en mí, que figurarme

podía cuanto bien yo deseaba;

dulce placer, aunque me importunaba

que alguna vez llegaba a despertarme.

¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso

me fueras, si vinieras tan pesado,

que asentaras en mí con más reposo!

Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,

y es justo en la mentira ser dichoso

quien siempre en la verdad fue desdichado.

Juan Boscán

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Atribuida a Charles Bukowski

“Quiero que sepa sin embargo,

que todas las noches que he dormido a su lado,

incluso las discusiones más inútiles,

siempre fueron algo espléndido

y esas difíciles palabras que siempre temí decir

pueden decirse ahora: te amo.”

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Poema - Su ausencia

De aquí a un tiempo,

puede que llegue a ser

como vivir en una ciudad que no te gusta,

sabiendo que nunca podrás abandonarla;

pero eso,

en los mejores días.

Karmelo C. Iribarren

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A mis soledades voy

A mis soledades voy,

de mis soledades vengo,

porque para andar conmigo

me bastan mis pensamientos

No sé qué tiene el aldea

donde vivo y donde muero,

que con venir de mí mismo,

no puedo venir más lejos.

Ni estoy bien ni mal conmigo;

mas dice mi entendimiento

que un hombre que todo es alma

está cautivo en su cuerpo.

Entiendo lo que me basta,

y solamente no entiendo

cómo se sufre a sí mismo

un ignorante soberbio.

De cuantas cosas me cansan,

fácilmente me defiendo;

pero no puedo guardarme

de los peligros de un necio.

Él dirá que yo lo soy,

pero con falso argumento;

que humildad y necedad

no caben en un sujeto.

La diferencia conozco,

porque en él y en mí contemplo

su locura en su arrogancia,

mi humildad en mi desprecio.

O sabe naturaleza

más que supo en este tiempo,

o tantos que nacen sabios

es porque lo dicen ellos.

«Sólo sé que no sé nada»,

dijo un filósofo, haciendo

la cuenta con su humildad,

adonde lo más es menos.

No me precio de entendido,

de desdichado me precio;

que los que no son dichosos,

¿cómo pueden ser discretos?

No puede durar el mundo,

porque dicen, y lo creo,

que suena a vidrio quebrado

y que ha de romperse presto.

Señales son del juicio

ver que todos le perdemos,

unos por carta de más,

otros por carta de menos.

Dijeron que antiguamente

se fue la verdad al cielo;

tal la pusieron los hombres,

que desde entonces no ha vuelto.

En dos edades vivimos

los propios y los ajenos:

la de plata los extraños,

y la de cobre los nuestros.

¿A quién no dará cuidado,

si es español verdadero,

ver los hombres a lo antiguo

y el valor a lo moderno?

Todos andan bien vestidos,

y quéjanse de los precios,

de medio arriba romanos,

de medio abajo romeros.

Dijo Dios que comería

su pan el hombre primero

en el sudor de su cara

por quebrar su mandamiento;

y algunos, inobedientes

a la vergüenza y al miedo,

con las prendas de su honor

han trocado los efectos.

Virtud y filosofía

peregrinan como ciegos;

el uno se lleva al otro,

llorando van y pidiendo.

Dos polos tiene la tierra,

universal movimiento,

la mejor vida el favor,

la mejor sangre el dinero.

Oigo tañer las campanas,

y no me espanto, aunque puedo,

que en lugar de tantas cruces

haya tantos hombres muertos.

Mirando estoy los sepulcros,

cuyos mármoles eternos

están diciendo sin lengua

que no lo fueron sus dueños.

¡Oh, bien haya quien los hizo!

Porque solamente en ellos

de los poderosos grandes

se vengaron los pequeños.

Fea pintan a la envidia;

yo confieso que la tengo

de unos hombres que no saben

quién vive pared en medio.

Sin libros y sin papeles,

sin tratos, cuentas ni cuentos,

cuando quieren escribir,

piden prestado el tintero.

Sin ser pobres ni ser ricos,

tienen chimenea y huerto;

no los despiertan cuidados,

ni pretensiones ni pleitos;

ni murmuraron del grande,

ni ofendieron al pequeño;

nunca, como yo, firmaron

parabién, ni Pascuas dieron.

Con esta envidia que digo,

y lo que paso en silencio,

a mis soledades voy,

de mis soledades vengo.

Lope de Vega

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La soledad es eso

La calle,

tras la última sesión;

veinte llamadas

perdidas,

sin respuesta;

otras tantas cervezas;

en el frío gélido del amanecer,

un tipo

atravesando un parking

hacia su coche…

La soledad es eso,

ahora lo sé:

lo que hay

antes y después de tu nombre.

Karmelo C. Iribarren

 

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Haiku de la siesta

La hamaca te mece

La higuera se mueve

Tu cabeza gira y gira

Arariel

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Poema - Currículum

Currículum

 El cuento es muy sencillo,

usted nace,

contempla atribulado

el rojo azul del cielo,

el pájaro que emigra,

el torpe escarabajo

que su zapato aplastará

valiente.

 

Usted sufre,

reclama por comida

y por costumbre,

por obligación,

llora limpio de culpas,

extenuado,

hasta que el sueño lo descalifica.

 

Usted ama,

se transfigura y ama

por una eternidad tan provisoria

que hasta el orgullo se le vuelve tierno

y el corazón profético,

se convierte en escombros.

 

Usted aprende

y usa lo aprendido,

para volverse lentamente sabio,

para saber que al fin el mundo es esto,

en su mejor momento una nostalgia,

en su peor momento un desamparo,

y siempre, siempre

un lío,

entonces,

usted muere.

Mario Benedetti

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