El imperio estadounidense pretende frenar su declive enfrentando numerosos desafíos simultáneos de difícil solución y donde cualquier fracaso tendrá repercusiones inmediatas en otros escenarios. Resolver la «crisis» de Venezuela y Oriente Medio determinará el resultado de las elecciones de «mitad de mandato». La derrota de Trump conduciría a una guerra interna dentro del sistema de «poder profundo» y quizás a una guerra civil lo que reduciría la capacidad de intervención de EEUU que abriría el campo a sus adversarios o al caos.