Durante el rodaje de Popeye, el equipo usaba cocaína libremente. Robin Williams y otros trabajaban bajo fuertes adicciones. Un ambiente caótico, marcado por el exceso y las adicciones, fue el escenario en el que se rodó Popeye, la película infantil de 1980 protagonizada por Robin Williams y Shelley Duvall. Lo que parecía una producción colorida e inocente, escondía detrás de cámaras una historia completamente distinta, que ha sido recientemente revelada por figuras clave del proyecto.