Con ocasión del 95º aniversario de la creación del Partido Comunista Chino, Xi Jinping pronunció un discurso considerado como “incendiario” por algunos analistas occidentales, en el que llamó a crear una unión militar con Rusia, que dejaría a la OTAN “sin poder” y que “pondrá fin a los impulsos imperialistas de Occidente”. “El mundo está en los albores de un cambio radical”, declaró el presidente chino. “Vemos como la UE está al borde de la desintegración, al igual que la economía norteamericana. Estamos a las puertas de un nuevo mundial".
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Pekin parece estar bastante optimista, pero tiene un fondo de razón. Estados Unidos y sus aliados se encuentran en el peor momento desde la caída de la Union Soviética, sobretodo por problemas internos. Nunca la unión europea fue tan euroescéptica, y los problemas internos y el hartazgo generalizado hacia los políticos tradicionales van a meter a alguien como Trump como presidenciable. En el otro bando los chinos siguen creciendo de manera estable, la rusia de Putin no tiene nada que ver con la de Yelsin y en los últimos años ha reactivado de manera notable tanto el servicio de inteligencia como el de propaganda. La guerra en siria está sirviendo para asentar alianza que anteriormente eran solo de facto y, en definitiva, se está gestando un bloque que, si bien no tiene el poder para volverse hegemónico, sí que lo tiene para competir contra los estadounidenses y aliados.
Vamos a inventar...