Este término describe el descenso abrupto de la población en edad laboral, según las proyecciones, para 2040, la población activa en países desarrollados podría reducirse hasta en un 30 %, lo que tendría implicaciones profundas en la productividad, el crecimiento económico y la sostenibilidad de los sistemas de bienestar social. La automatización y la inteligencia artificial pueden desempeñar un papel crucial en la compensación de la falta de mano de obra. La integración de inmigrantes también son clave para mantener la estabilidad económica.