Resulta complicado pensar que los árboles sean una fuente de contaminación, pero en Los Ángeles están causando estragos. Liberan compuestos orgánicos volátiles (COV), tanto para comunicarse entre ellas y los polinizadores como para ahuyentar a herbívoros y protegerse del estrés ambiental. Además, son esenciales en su relación con los microorganismos. Generalmente estas sustancias no son dañinas para el medio ambiente. Sin embargo, cuando se someten a temperaturas muy elevadas pueden transformarse en otros compuestos que sí son muy contaminantes