La reacción al último comentario de Mustafa Suleyman, CEO de Microsoft AI, ha terminado de encender un debate que llevaba una semana creciendo alrededor de los de Redmond y de la IA integrada en Windows 11. La chispa ha sido un mensaje aparentemente inocente sobre lo “alucinante” que resulta poder mantener una conversación fluida con una IA que genera imágenes y vídeos. El problema es que, frente a ese entusiasmo, los usuarios han respondido con una tormenta de críticas que no cuestionan la tecnología en sí.