Inmigración: propuesta de una solución razonable para todos

Nos guste o no, hay una vieja ley en sociología que dice que cada inmigrante genera un fascista en el país que lo recibe. La aparición de las redes sociales y la globalización, no han mejorado ese hecho.

El tema de la inmigración amenaza con escaparse de las manos. Ya ha provocado más de una sacudida en EEUU y la Unión Europe, y es necesario buscarle alguna solución antes de que el problema se agrave y nos lleve a donde no queremos ir: un rebrote del autoritarismo.

En lugar de enredarnos en batallas estériles, creo que deberíamos pensar en alguna solución cabal, una que nos permita mantener la esencia de la Unión Europea al tiempo que se evitan avalanchas y abusos de todo tipo.

Yo voy a proponer una que no le gustará a nadie. De hecho, no me gusta tampoco a mí, pero creo que puede ser un punto de partida para un debate. No tiene por que ser un debate cabal con todo el mundo, porque sé que eso es imposible, pero hay por aquí unas cuantas personas con las que vale la pena intercambiar opiniones, y a ellos me dirijo.

La idea se basa en una serie de puntos. Voy a ellos:

  1. Los centros de acogida tienen que estar fuera de Europa. Eso se puede conseguir situándolos en algún territorio de ultramar de la Unión, o mediante un acuerdo con un tercer país que reciba la correspondiente compensación por ello. Es caro, pero nadie dijo que la solución fuese barata.Un ejemplo, y recalco lo de ejemplo, podría ser Mauritania. Tienen sitio y les sería de utilidad la ayuda.
  2. Sin papeles no entra nadie en la UE. Los indocumentados se envían a los centros de acogida hasta que se resuelva su situación. Cualquier indocumentado o residente ilegal será trasladado a esos centros para iniciar su proceso de regularización.
  3. Quien llegue a un centro de acogida, tendrá que decir en qué país de la Unión quiere residir. Ese país decidirá si lo acepta o no, según su propio criterio y su propia legislación.
  4. No se aceptan personas de países que no admitan su devolución. Mientras no haya convenio de repatriación, no hay permiso de entrada.
  5. Quienes puedan recibir el estatuto de refugiado, lo recibirán en estos centros, y desde allí se trasladarán al país de acogida, según lo que determine el estatuto de refugiado en cada caso.
  6. Los costes deben asumirse en común, así como las cuotas de refugiados, inmigrantes económicos o desplazados climáticos.

Con esto se consigue poner fin a la actividad de las mafias y menguar el efecto llamada, y todo sin perjudicar a las personas que realmente necesiten un lugar seguro. Seguiría llegando gente, mucha gente, pero de manera ordenada, documentada y capaz de crear valor en el país de acogida, lo que mejoraría de inmediato su integración. Asimismo, se reduciría drásticamente el número de personas que mueren en el trayecto, las situaciones de explotación laboral de los indocumentados y todos los efectos perniciosos del tráfico de personas en destino, desde la explotación sexual hasta el trabajo semiesclavo.

No me cabe duda de que es una idea mejorable. A ver que se os ocurre al resto, por favor.