Una cosa es el lujo insultante y otra, la seguridad del presidente y las facilidades para que trabaje y se mantenga comunicado durante sus desplazamientos. Hacer esta distinción es fundamental.
Acá en Ecuador se discute la compra de un avión presidencial de 25 a 30 millones: www.ciudadaniainformada.com/nc/politica/politica-despliegue-noticias/ir_a/politica/article//compra-de-avion-presidencial-no-sera-aplazada.html
Lo justifico por la intensa actividad internacional del presidente Correa y sobre todo por la posibilidad real de que atenten contra su vida. Que nos lo maten los neocons o los narcos sería, sin duda, mucho más costoso.
Los ecuatorianos aún tenemos fresca en la memoria la muerte del presidente Roldós en 1981, en un accidente aéreo que nunca fue aclarado y que según un ex agente de EUA lo organizó la CIA, a los pocos meses de la posesión de Ronald Reagan: http://es.wikipedia.org/wiki/John_Perkins
Lo que ha hecho el gobierno de Correa no solo que no es ilegal, sino que constituye un hito de justicia en un país generalmente demasiado corrupto como para que las autoridades actúen contra los delincuentes de cuello blanco.
La empresas incautadas pertenecen al infame grupo Isaías, que hace 10 años fue corresponsable del "corralito" ecuatoriano que causó la brutal crisis económica que devino en la emigración masiva que hoy tiene a España llena de ecuatorianos.
Entre las 195 empresas incautadas, que estos banqueros mantenían en el país a nombre de testaferros protegidos por una maraña de corrupción, hay 3 canales de televisión, que en estos 10 años han sido los más desvergonzados defensores de los intereses de sus dueños, vulnerando la ética periodística a un extremo simplemente inadmisible en EEUU o Europa.
Está bien proteger la libertad de prensa, pero no al extremo de justificar que estafadores perseguidos por la justicia utilicen sus medios de comunicación para asegurar su impunidad.