Ya no me sorprenden artículos como éste de El País, tras haber visto en los últimos años su ensañamiento casi fanático contra el presidente de Venezuela. Pero no deja de ser una lástima que este diario, que acumuló tanto prestigio durante años de lucha contra la derecha más reaccionaria de España, sacrifique ahora su credibilidad de una manera tan burda. Burda digo porque el artículo en mención da por ciertas acusaciones muy graves en base a evidencias no verificables y bajo el control de una parte interesada en el conflicto (el gobierno colombiano), que debieron tratarse como lo que son, simples versiones: los supuestos archivos de la computadora de Reyes (cuando todos sabemos que es prácticamente imposible certificar la autenticidad de un archivo digital) y las declaraciones de un supuesto guerrillero anónimo. En un caso así, cuando este tipo de versiones se están utilizando para justificar bombardeos a países hermanos y quién sabe qué otras agresiones en el futuro, enjuiciar a El País se convierte en una obligación. Quién sabe si, de haberse actuado de este modo contra las mentiras difundidas por la prensa para justificar la invasión a Irak, ésta se habría podido detener.
Más que para condenar al gobierno de EUA, del que nadie esperaba otra cosa, este informe debería servirnos para cuestionar el rol de la prensa acrítica que repite como ciertas las versiones antojadizas de gobiernos guerreristas que necesitan de estos montajes para justificar sus campañas militares.
#13: no exactamente nadie, pues sí hay líderes políticos que cuestionan y condenan públicamente la política internacional de Bush, como Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega y últimamente Rafael Correa. Pero, oh qué coincidencia, justamente a estos líderes la gran prensa internacional los descalifica por motivos tan triviales como su modo de expresarse o tan poco sólidos como afirmar que no son demócratas.