#7 Estoy de acuerdo con tu punto, y me gustaría añadir una "prueba" mas de ello, y es como el eslogan de "comunismo o libertad" ha calado tanto en la comunidad de Madrid. Son tal los despropósitos que dicen, como lo de la mujer de Pedro Sánchez, que finalmente calan en sus votantes. Tampoco tengo tantos años como para recordar todos los eslóganes políticos de España, pero creo que sería impensable un eslogan parecido por parte de un partido político de izquierdas... Es de risa y de llorar
#2 Yo sí que opino que la derecha, a día de hoy y en España, es más trumpista. Otra cosa es que la izquierda tenga sus propios males, pero en cuanto a esa etiqueta de “trumpismo”, yo creo que es la derecha quien usa ese tipo de estrategias.
Para mí el “trumpismo” sería el uso fundamental, continuo, consciente y orgulloso de la mentira como herramienta política, ya que está justificado porque las consecuencias de que gane la agenda del contrario son mucho peores que el uso de la mentira.
Entiendo que alguien de derechas lea esto y diga “¡pero que morro tienes! Si la izquierda/Pedro Sánchez/Pablo Iglesias/Irene Montero etc etc no paran de mentir día sí día también!”. La mentira es efectivamente una herramienta política que todos usan en algún momento u otro y a veces de manera bastante continuada. Sin duda, siendo una persona de izquierdas (sea eso lo que signifique) tengo un sesgo tremendo, pero hay temas concretos, mentiras concretas, de la derecha, para las que no encuentro equivalencia. Otra cosa es que puedo entender perfectamente que haya mucha gente que piense que determinadas políticas de izq uierda son tremendamente dañinas y equivocadas, ya sean en cuestiones económicas, identitarias, o lo que sea.
Vamos a los ejemplos de porqué lo considero diferente: la ley del “solo sí es sí” puede estar construida en base a unos supuestos equivocados y, luego, defendida usando incluso ciertas mentiras en algunos momentos. Pero al final es más un campo de batalla ideológico que otra cosa. Alguien podría decir que todos los supuestos acerca de la violencia de género son falsos y que este tipo de leyes están basadas totalmente en un invent… en algo que nunca ha existido. A ver, a no ser que seamos de los muy cafeteros, yo creo que podemos acordar que algo había de inicio, en cuanto a violencia machista, una situación de partida que requería cierta atención, y no en el siglo XV, sino antesdeayer. Quiero decir que como mínimo, las cifras de asesinatos, violaciones, etc. estaban ahí y claramente indicaban una tendencia más hacia un lado (significativamente mayor proporción de mujeres víctimas) que al otro (significativamente mayor proporción de hombre víctimas). Y hablo de cifras de años 80, 90, e inicios de 2000, no de cuando ya la ideología de género “tomó el poder”.
Esto, en España, lo tenía claro todo el mundo, izquierda, derecha o centro, salvo los más ultramontanos: el maltrato machista existía y algo había que hacer. Ahora la polémica viene en cómo se ha gestionado esa situación. ¿Qué se nos ha ido de las manos? Vale, puedo discrepar, pero entiendo la forma de verlo. ¿Qué Irene Montero y sus secuaces están putolocas y sus leyes son una ida de olla y además no quieren dar marcha atrás por no reconocer que se han equivocado? Venga, entra dentro de lo que es opinar diferente. Pero existía una situación de partida real ante la que reaccionar, bien, mal o regular. Es como el COVID, unos defendían el cierra total (como China), otros que mejor infectarse cuanto antes y generar inmunidad de rebaño (UK al principio). Puedes opinar si una opción es mejor que otra, pero el punto de partida, el COVID, está ahí.
Voy ahora al contraejemplo desde la derecha: negar (ya no “poner en duda”: negar) los resultados electorales. Esto lo ha hecho Trump, lo ha hecho Bolsonaro, y aquí, en España, desde las elecciones anteriores, y ahora de cara a las de 2023, ya se está haciendo preventivamente desde canales de información y televisiones de la derecha. Fuera de nuestro país ya hemos visto a lo que ha llevado, asaltos armados a las instituciones. Y todo, basado directamente en un invent, sacado de la manga por la puta cara, y por intereses propios de la derecha. Para esto, no tienes un equivalente ni remotamente parecido en la izquierda, ni aquí ni a día de hoy. Ni a cosas como decir que la mujer de Pedro Sánchez es en realidad un tío. O que Zapatero iba a regalar Navarra a la ETA (que yo me acuerdo, que lo decían cargos del PP). O que el 11M lo montó el PSOE para ganar las elecciones (esto tuvo hasta portadas de periódico). O que a los MENAS se les dan 3000€ por la puta cara. No son opiniones ideológicas, son y eran mentiras flagrantes. De verdad, es que no hay ejemplos en la historia reciente, de que la izquierda democrática haga un uso de la mentira equivalente al de la derecha de una forma tan coordinada y sistemática.
La izquierda en su momento metió mucha caña a los gobiernos de Aznar y Rajoy; posiblemente tirando en algunos momentos puntuales de bulos y noticias falsas, pero mayormente, por diferencias ideológicas. Te decía “Aznar es un facha”, pero no “Aznar tiene vagina”. Ni nunca se afirmó que fueran “gobiernos ilegítimos”, no se cuestionó su validez en términos institucionales; ni se pusieron en cuestión los resultados del recuento electoral.
Estas cosas en las democracias occidentales, a día de hoy las hace la derecha. Igual en Venezuela las hace la izquierda, pero aquí no. La izquierda hace otras cosas que seguramente son terribles para la gente de derechas, cosas que para ellos justifican el uso del “trumpismo” (la mentira exagerada y sin necesidad de mínima validación) para salvarnos de la catástrofe de un gobierno de izquierdas. Nosotros tendremos otras cosas, bastante lloros nos comemos con el feminismo y con los 100 millones de mertos del comunismo (otro bulo pero este como viene de los años 20 pues ya se asumió como cierto, que le vamos a hacer), pero el “trumpismo” ya es el colmo, perdonad: ese es vuestro, es de derechas, así que asumidlo como propio. Si es que ni es nuevo ¿ ya os habéis olvidado de Sarah Palin y el “Tea Party”?