#39 Tal como yo lo entiendo, aunque aquí solo hablo por mi mismo y no en nombre de nadie, el tema de "pedir perdón" por la conquista no se trata de hacerlo individual y personalmente cada uno de nosotros, que es algo que evidentemente no tiene sentido porque conquistados y conquistadores ya están muertos.
Pero sí hay una continuidad en el presente de las consecuencias de la conquista, así como un relato y una reivindicación positiva de la misma por parte, en este caso, de España a nivel institucional, cultural y social. La idea para mí es reclamar que se reconozca el perjuicio que el colonialismo ha causado en muchas partes del mundo, y cómo a día de hoy se perpetúa en las relaciones de poder internacionales, donde la posición actual de la mayoría de países es consecuencia directa de los recursos esquilmados (o perdidos), y en la situación de pobreza endémica que se arrastra desde entonces debido a la dominación económica incluso tras la ocupación. La parte que le toca a España, como estado, es la de Latinoamérica (y a EEUU también, en época más reciente), igual que a Bélgica le toca el Congo, y a otros países otras muchas zonas del planeta.
La idea es que si no se admite y se pone de relieve lo pernicioso del colonialismo y sus efectos en la configuración actual del mundo, y nos quedamos con la reivindicación orgullosa de una gesta gloriosa de siempre, difícilmente se va a avanzar en unas relaciones internacionales más justas y menos basadas en las posiciones de poder. A la vez, conocer el contexto histórico de cómo se produjo y que no podemos aplicar nuestros valores actuales a 500 años atrás; y también reconocer explícitamente que nuestro progreso y bienestar se sigue sosteniendo en buena parte (y la contrapartida de atraso por el otro lado) de lo derivado de aquel evento. Es como cuando una persona triunfa en la vida y en los negocios, pero claro, sus padres ya eran millonarios y pudo permitirse montar empresas con facilidad. Esa persona no es sus padres, pero heredó de ellos.
Se puede estar más o menos de acuerdo con todo esto, pero al menos para mí, este es el debate, no el que fíjate que malos eran los aztecas así que está genial matar a 100 veces más, o que si fue hace mucho tiempo.
Es que es un mensaje que desgraciadamente cala mucho. Hace pocos meses tuve una conversación con una pareja de amigos, digamos, bien situados, él en la empresa privada y ella en la administración pública. Durante la misma en un momento dado salió el tema de la participación que hace un tiempo tuve en un movimiento vecinal y les comenté cómo actualmente ya apenas colaboraba y cómo la "actividad política" de la misma se había ido reduciendo y diluyendo con el tiempo.
Tras un rato de hablar de ello y utilizar la palabra "política" varias veces, vinieron a decir algo como "ya, es que eso de estar involucrados con partidos políticos nosotros no lo vemos...". Ahí me di cuenta de que, efectivamente, lo habían interpretado de esa manera. De primeras puedo entender que así lo hicieran, y pasé a explicarles que no, que "hacer politica" va mucho más allá de los partidos y que se hace a nivel de calle, de barrio, de asociaciones, etc. Que muchas de las decisiones que tomamos tienen, sino una intención, unas implicaciones políticas y blablabla.
Hasta aquí bien, y lo entendieron, pero luego pasaron a recomendarme que deberíamos buscar otra palabra que no fuera "política" para referirnos a esas acciones y actitudes desarrolladas en el marco de centros sociales y asociaciones ciudadanas (como puede ser por ejemplo, salir a manifestarse por la sanidad pública), porque inducía a esa confusión que ellos habían tenido. La "política" para una gran parte de la sociedad está reducida al marco de lo que hacen los partidos políticos y, aún peor, a las guerritas dialécticas y mediáticas entre los mismos: que si tú eres un corrupto, que si tú rompes España, y tal. Yo mismo hace años lo hubiese entendido así, aunque solo fuera porque no me había tomado el tiempo para pensar un rato sobre ello.
Para mí esto es un problema porque la palabra que realmente define y está hecha para eso, las actividades relacionadas con la organización y funcionamiento de la sociedad, es "politica". Cualquiera otra de las que proponían, al menos desde mi punto de vista diluían mucho el significado de lo que realmente se busca de la participación ciudadana en los asuntos públicos. Pueden utilizarse como sinónimos y complementos en ciertas situaciones (como pasa por ejemplo con "participación ciudadana") pero el querer ocultar o disimular que el objetivo final es político, en sentido amplio, desactiva y descafeina la idea de que los ciudadanos deberíamos implicarnos más activamente en los asuntos públicos que nos afectan. Pasar de implicarse en política es una elección personal legítima, pero que no sea porque asumamos que la política es patrimonio exclusivo de los partido políticos y que hay que dejársela a ellos.