Por qué será que, preguntando a los ancianos del lugar, los adolescentes siempre son "lo peor que nunca vimos" o "en mi generación no eramos así, había respeto" e infinitas chorradas más. Lo que hacen los críos, sea lo que sea (bailar rock, pop, techno, loquesea) siempre está mal. En cambio todas esas decisiones de carcamales con poltrona en cualquier empresa o institución que si que nos afectan en la vida diaria sí que son correctas y basadas en la tolerancia y el respeto (vamos, no me jodas)
La incomprensión, el miedo a lo nuevo... No sé qué es lo que empuja a los medios a insultar y menospreciar a un grupo de personas tan numeroso y heterogéneo, pero yo estoy convencido de que los adolescentes de esta generación no son ni mejores ni peores que los de las generaciones precedentes. Están tan confusos en la búsqueda de la propia identidad como sus padres y sus abuelos y si son la generación del botellón, entonces sus padres fueron la generación de los hippies, y "la revolución sexual", porque en todos sitios cuecen habas.
Los abusones que pegan al flojucho de la clase, los viciosos que aparecen "morados" en cualquier lugar e incluso las parejitas que se quieren en lugares inapropiados no son un invento nuevo, han existido siempre. Otra cosa distinta es que se les otorgue más relevancia, no nos confundamos.
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Por qué será que, preguntando a los ancianos del lugar, los adolescentes siempre son "lo peor que nunca vimos" o "en mi generación no eramos así, había respeto" e infinitas chorradas más. Lo que hacen los críos, sea lo que sea (bailar rock, pop, techno, loquesea) siempre está mal. En cambio todas esas decisiones de carcamales con poltrona en cualquier empresa o institución que si que nos afectan en la vida diaria sí que son correctas y basadas en la tolerancia y el respeto (vamos, no me jodas)
La incomprensión, el miedo a lo nuevo... No sé qué es lo que empuja a los medios a insultar y menospreciar a un grupo de personas tan numeroso y heterogéneo, pero yo estoy convencido de que los adolescentes de esta generación no son ni mejores ni peores que los de las generaciones precedentes. Están tan confusos en la búsqueda de la propia identidad como sus padres y sus abuelos y si son la generación del botellón, entonces sus padres fueron la generación de los hippies, y "la revolución sexual", porque en todos sitios cuecen habas.
Los abusones que pegan al flojucho de la clase, los viciosos que aparecen "morados" en cualquier lugar e incluso las parejitas que se quieren en lugares inapropiados no son un invento nuevo, han existido siempre. Otra cosa distinta es que se les otorgue más relevancia, no nos confundamos.