Una vecina me ha trolleado.
Llego al ascensor y al ver que entra otra persona, espero con la puerta abierta, a ver si usa el ascensor. Persona mayor, no la reconozco.
GeC: ¿Sube?
Vecina: ¿A que piso vas tu?
GeC: Al quinto.
Vecina: Yo voy al sexto (me mira expectante).
GeC: Emmm.. pero si aquí hay sólo cinco plantas, del uno al cinco ...
Vecina: Entonces paso.
La miro como las vacas ven pasar el tren mientras empieza a subir las escalera y me suelta un ¡Gracias guapo!
¡Me ha trolleado la yaya tíos!
No, no está mal de la canica, se ha querido echar unas risas a costa mía. Pero así da gusto que lo troleen a uno
Música de mi ascensor:
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Mi muy señora madre fue una de las jodidas por este modelo de explotación.
Cooperativa de costureras fundada en 1994. Poco a poco van consiguiendo pequeños clientes de aquí y de allá: fábricas de Portugal, Euskadi, Asturias, etc. Los comerciales de Amancio llegan con un trato inmejorable, que evidentemente se acepta. Poco a poco Amancio va pidiendo más y más producción hasta que el resto de clientes caen por su propio peso. La cooperativa se expande, y aunque se disemina la capacidad de decisión, las cuentas van bien. La vida es bella.
A principios de los 2000 los comerciales de Amancio empiezan a bajar los precios mes a mes. Dada la envergadura de la cooperativa y la inversión en maquinaria es imposible decirles que no. Con todo, al final algunas costureras se asocian, se tira de sindicatos y se les "monta un pollo". Los de Amancio no vuelven a bajar los precios por prenda, pero imponen un contrato que exige un mínimo de producción semanal... el cual es completamente imposible de cumplir sin desmayarte encima de la máquina de coser.
Tras dos meses incumpliendo la cuota los de Amancio se dan el bote y la cooperativa se queda a dos velas, cerrando poco después. Los sindicatos "montaron otro pollo", pero nada tangible, parece ser que la jugada es perfectamente legal, o las mariscadas insuficientes, todavía no lo sabemos a día de hoy. Las mismas camisas que cosía mi madre al poco tiempo empezaron a poner "made in China" en la etiqueta.
Algunas ex-compañeras de mi madre todavía defienden hoy a Amancio. Ese emprendedor, ese hombre hecho a si mismo.
¡Graciñas Amancio!