La burbuja inmobiliaria inyectaba unos 100Km€ de liquidez anual a la economía española, vía ganancias de reventa especulativa a costa de un endeudamiento a 20, 30 y hasta 40 años de los particulares, especialmente los más pobres.
Cuando explotó Lehman Brothers, los bonos basura que había vendido LB desde su oficina en Europa a los bancos Europeos, pasaron a valer, eso, basura. La capacidad de apalancamiento de los bancos europeos se vino a cero, se acabo el crédito, y en el caso de España hizo, además, reventar el globo inmobiliario. Efecto en cadena.
100Km€ anuales se asemeja a la cifra que obtenemos de multiplicar unos 3 millones de empleos por el coste medio laboral español, según el World Bank. Justo la cifra de enviada al paro.
Moraleja: si inyectamos 100Km€ anuales de liquidez, la economía española se recupera. ¿Cómo se puede hacer?
1. En la santa creencia de la Austrian Church of Necronomics y otras ortodoxias de la misma religión, tal liquidez debería venir de recuperar la capacidad crediticia de los bancos. Para ello el BCE imprime Euros, financia por la cara los balances negativos a los bancos (tal vez a través de un banco malo) y luego lo pagamos todos vía impuestos, precios, tasas, peajes o lo que sea (¿por ejemplo 10€ por visitar un piso?). El pequeño problema de esta teoría, también llamada Rigor Montis (así la llaman en Italia), es que ni las personas muertas, ni las Pymes muertas (llevamos 500.000), ni aceptan crédito ni pagan impuestos, y lo que es peor, no hay quién las traiga de nuevo a la vida (están haciendo ensayos en Viena, proyecto Lazaro, pero sin éxito de momento). Además, los ciudadanos de los países que no han tenido burbuja se resisten, con razón. Lo mismo que los ciudadanos de los países de la burbuja, que no son responsables de la misma. Los lumbreras de los bancos, todos de acuerdo, todos ellos con intensas convicciones religiosas austriamistas, azuzan sentimientos nacionalistas entre la pobre gente (griegos vagos, alemanes nazis, etc) por ver de levantar cortinas de humo (que si galgos que si podencos, y ellos de rositas).
2. Una alternativa más prometedora, más izquierdosa, es por vía fiscal. Uno diría que si se cobra el fraude fiscal en España, cuyas cifras también se aproximan a los 80Km€ anuales, habría también la liquidez que hace falta. Atiendo sistemáticamente a homilías de insignes imanes, chamanes y monaguillos de la citada iglesia necronómica y me extraña que esta alternativa nunca se mencione. Es un tema que habría que perseguir. De todas formas, sin dejar de ser un buen objetivo, su camino a la liquidez es algo tortuoso. Caso de tener éxito, es dinero en mano de las administraciones. ¡Peligro! Probablemente se perdería de nuevo en obras faraónicas (una estación espacial en Mérida, por ejemplo) y un nuevo culebrón de casos de corrupción en unos años.
3. La tercera, sorpresa, sorpresa, la ha planteado la misma Lafargue del FMI, que últimamente ya ha dejado Europa por perdida y parece que está aprendiendo un montón de Brasil, Rusia, China y la India. No es bobita. Son los nuevos amos. Una QUITA A LA DEUDA INMOBILIARIA DE LOS PARTICULARES. Se me escapa el milagro jurídico por el que la Comisión Europea puede decirle a los bancos que sus activos inmobiliarios están artificialmente inflados y son fraudulentos, y no se concluye automáticamente que las hipotecas que firmaron los particulares también lo estaban, son fraudulentas, y o reparan la situación, como el yernito, o se les lleva a la justicia. Se me escapa el misterio teórico por el que unos bancos pueden hacer una QUITA a otros bancos (a los griegos), pero hacerlo a particulares lo persigue la Santa Inquisición. El fanatismo austriamista ciertamente ciega a los bancos, y sus voceros. Se empeñan en cobrar unos intereses que un país muerto nunca podrá pagar, o en cobrarse mediante desahucios de viviendas que, que si las revenden (dudoso) será a precio pre-burbuja. Una QUITA DE LAS HIPOTECAS a los precios de 1995 sería una inyección directa, clara y de efecto inmediato a la moribunda economía española, y ahorraría mucho doloroso tramite intermedio, si, al final, llegamos al mismo resultado. Una QUITA les supone coste cero a los bancos si ya han devaluado los activos. Solo bajan sus previsiones, que son, de todas formas, ilusorias. Al día siguiente la tienda de la esquina, al fontanero, el frutero, empiezan a tener otra vez pedidos. Y de paso, los bancos podrían seguir haciendo negocio. Pero no, como niños: "¡Yo quiero cobrar mis intereses! ¿Donde están mis intereses? ¡Con lo bonito que me había salido el timo!"
No os perdáis el comentario de un tal PANZASA:
La burbuja inmobiliaria inyectaba unos 100Km€ de liquidez anual a la economía española, vía ganancias de reventa especulativa a costa de un endeudamiento a 20, 30 y hasta 40 años de los particulares, especialmente los más pobres.
Cuando explotó Lehman Brothers, los bonos basura que había vendido LB desde su oficina en Europa a los bancos Europeos, pasaron a valer, eso, basura. La capacidad de apalancamiento de los bancos europeos se vino a cero, se acabo el crédito, y en el caso de España hizo, además, reventar el globo inmobiliario. Efecto en cadena.
100Km€ anuales se asemeja a la cifra que obtenemos de multiplicar unos 3 millones de empleos por el coste medio laboral español, según el World Bank. Justo la cifra de enviada al paro.
Moraleja: si inyectamos 100Km€ anuales de liquidez, la economía española se recupera. ¿Cómo se puede hacer?
1. En la santa creencia de la Austrian Church of Necronomics y otras ortodoxias de la misma religión, tal liquidez debería venir de recuperar la capacidad crediticia de los bancos. Para ello el BCE imprime Euros, financia por la cara los balances negativos a los bancos (tal vez a través de un banco malo) y luego lo pagamos todos vía impuestos, precios, tasas, peajes o lo que sea (¿por ejemplo 10€ por visitar un piso?). El pequeño problema de esta teoría, también llamada Rigor Montis (así la llaman en Italia), es que ni las personas muertas, ni las Pymes muertas (llevamos 500.000), ni aceptan crédito ni pagan impuestos, y lo que es peor, no hay quién las traiga de nuevo a la vida (están haciendo ensayos en Viena, proyecto Lazaro, pero sin éxito de momento). Además, los ciudadanos de los países que no han tenido burbuja se resisten, con razón. Lo mismo que los ciudadanos de los países de la burbuja, que no son responsables de la misma. Los lumbreras de los bancos, todos de acuerdo, todos ellos con intensas convicciones religiosas austriamistas, azuzan sentimientos nacionalistas entre la pobre gente (griegos vagos, alemanes nazis, etc) por ver de levantar cortinas de humo (que si galgos que si podencos, y ellos de rositas).
2. Una alternativa más prometedora, más izquierdosa, es por vía fiscal. Uno diría que si se cobra el fraude fiscal en España, cuyas cifras también se aproximan a los 80Km€ anuales, habría también la liquidez que hace falta. Atiendo sistemáticamente a homilías de insignes imanes, chamanes y monaguillos de la citada iglesia necronómica y me extraña que esta alternativa nunca se mencione. Es un tema que habría que perseguir. De todas formas, sin dejar de ser un buen objetivo, su camino a la liquidez es algo tortuoso. Caso de tener éxito, es dinero en mano de las administraciones. ¡Peligro! Probablemente se perdería de nuevo en obras faraónicas (una estación espacial en Mérida, por ejemplo) y un nuevo culebrón de casos de corrupción en unos años.
3. La tercera, sorpresa, sorpresa, la ha planteado la misma Lafargue del FMI, que últimamente ya ha dejado Europa por perdida y parece que está aprendiendo un montón de Brasil, Rusia, China y la India. No es bobita. Son los nuevos amos. Una QUITA A LA DEUDA INMOBILIARIA DE LOS PARTICULARES. Se me escapa el milagro jurídico por el que la Comisión Europea puede decirle a los bancos que sus activos inmobiliarios están artificialmente inflados y son fraudulentos, y no se concluye automáticamente que las hipotecas que firmaron los particulares también lo estaban, son fraudulentas, y o reparan la situación, como el yernito, o se les lleva a la justicia. Se me escapa el misterio teórico por el que unos bancos pueden hacer una QUITA a otros bancos (a los griegos), pero hacerlo a particulares lo persigue la Santa Inquisición. El fanatismo austriamista ciertamente ciega a los bancos, y sus voceros. Se empeñan en cobrar unos intereses que un país muerto nunca podrá pagar, o en cobrarse mediante desahucios de viviendas que, que si las revenden (dudoso) será a precio pre-burbuja. Una QUITA DE LAS HIPOTECAS a los precios de 1995 sería una inyección directa, clara y de efecto inmediato a la moribunda economía española, y ahorraría mucho doloroso tramite intermedio, si, al final, llegamos al mismo resultado. Una QUITA les supone coste cero a los bancos si ya han devaluado los activos. Solo bajan sus previsiones, que son, de todas formas, ilusorias. Al día siguiente la tienda de la esquina, al fontanero, el frutero, empiezan a tener otra vez pedidos. Y de paso, los bancos podrían seguir haciendo negocio. Pero no, como niños: "¡Yo quiero cobrar mis intereses! ¿Donde están mis intereses? ¡Con lo bonito que me había salido el timo!"