#88 Desde luego que no es excusa la presunción de inocencia. Es más, tendrá que presentar las facturas y las presentará, caso de existir. Lo que se comenta en la entradilla de que no será la primera vez que una tienda hace las facturas que se le piden...bueno, que las hagan en este caso es una mera conjetura. Más que la factura lo que debería pedir Camps es el resguardo de la transferencia bancaria realizada, que eso sí que es inapelable. Si hizo o dice que hizo el pago en efectivo, ya será más complicado probar si las facturas son reales o no.
A lo que yo me refería no es a que no tenga que hacer nada, sino a que no se le debe demonizar directamente a partir de uno o dos indicios, especialmente en un terreno tan abonado de intereses como la política. Los que ya han quedado libres de cargos en el caso Gurtel se van con un estigma de duda que no deberían tener. Prudencia.
Nos hemos acomodado a un modelo de vida, debido entre otras cosas al Estado de Bienestar, en que creemos existir en habitaciones con paredes acolchadas. La idea es que papá Estado nos cubre siempre las espaldas si nos equivocamos mucho. Si estamos enfermos, tenemos la sanidad pública; si nos quedamos en paro, cobramos un subsidio, si tenemos un accidente laboral el Estado nos cubre una baja; si tenemos un hijo, cobraremos los días que lo estaremos cuidando sin trabajar, al menos por un periodo; si la cosecha es mala, el per lo suplirá.
Esto no deja de ser bueno. Pero, al mismo tiempo, ha hecho que dejemos de estar alertas. Por eso vamos al banco, pedimos una hipoteca, firmamos rápido y mal, sin muchas vueltas, y esperamos la credibilidad del banco y la credibilidad de los gobiernos de turno, tenemos fe en que no nos están metiendo en un lío, y que detrás está el colchón.
Pero el mundo no nos salva el culo tanto como quisiéramos, y en épocas de crisis cada barco aguanta su vela. Nos encontramos de frente con nuestros problemas, y vemos cuan estúpidos fuimos. HAY QUE ESTAR ALERTAS.
No hay dioses detrás expiando nuestra ignorancia ni nuestros riesgos. Ni un Dios, ni un Estado, ni un sistema financiero. Estamos a solas con nuestros errores, y vamos a tener que empezar a convivir con sus consecuencias.