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Tras ser condenado por imponer multas falsas, el Supremo confirma ahora la suspensión de empleo y sueldo del agente.
Antena 3 Noticias consigue en exclusiva imágenes que demuestran la relación de los independentistas catalanes de la CUP, Podemos y el entorno de ETA con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Representantes de estos tres colectivos viajaron a Venezuela en un avión militar que suele utilizar habitualmente el propio presidente venezolano.
No puedo con Jorge Cremades y su humor. Más allá de otras consideraciones ideológicas, me parece infantil, simplón y menos elaborado que las reglas del juego de las canicas. Por eso yo nunca iría a verlo en directo. Dicho esto, tan legítimos son los chistes de Cremades como las protestas. Pero una cosa son las protestas y otra impedir que haya gente que lo vea si quiere verlo. Y eso es lo que pasó en Barcelona el 9 de Junio.
La historia de este hombre tiene un fallo... o no. Me explico.
Cierto que pasó todos los supuestos controles, cierto que llegó a tener disponible el rifle justo enfrente de la escalinata del Congreso, cierto que llegó a tener un tiro fácil a solamente treinta metros. Pero lo que no cuenta es que cuando un francotirador actúa, normalmente lo hace desde un punto desde donde pueda luego escapar tras disparar. Y en ese sitio, en el meollo del acto, le habrían pillado seguro. Un verdadero francotirador jamás se habría colocado en el hotel de enfrente, sería el primer sitio que la policía cerraría y de donde no dejaría salir a nadie.
Salvo que hablemos de un "suicida carcelario". Si hay gente dispuesta a ponerse un chaleco bomba y volarse en un atentado, igual puede haber francotiradores dispuestos a pasarse el resto de la vida en la cárcel. Por no hablar directamente un suicida real, que se quita de en medio tras disparar, o resistiéndose a sangre y fuego su detención mientras pueda. Ante ese otro perfil, sí, este hombre tiene razón, y el dispositivo de seguridad falló estrepitosamente.