#1 Creo que por ahí van los tiros, cada vez quedan menos cosas que privatizar y esta es una de ellas
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El problema proviene es que la forma de calcular los capitales sociales mínimos por categoría penaliza a los clubes que mantienen una gestión responsable, ajustando sus gastos a sus ingresos y creciendo orgánicamente. ¿Por qué? Pues porque depende de los presupuestos de los demás clubes de la categoría, que suelen presupuestar muy por encima de sus ingresos, esperando, la mayoría de ellos ilusamente, que el éxito de un ascenso o una clasificación europea les suponga los ingresos extra que permitan paliar el déficit provocado por los sobrecostes (esencialmente en fichajes y salarios de jugadores) necesarios para lograr el éxito deportivo. En mi opinión deberían establecerse límites a los gastos en función de los ingresos previstos, que son bastante estables, sin permitir grandes déficits y no poner limitaciones a la capitaización de los clubes. Hay que tener en cuenta además que dadas las normas contables hay muchos activos que al no aparecer en balance (derechos de jugadores de cantera, plusvalías latentes inmobiliarias y de derechos de jugadores revalorizados y no vendidos, marcas...) hacen que los clubes parezcan infracapitalizados. Con las normas actuales además se favorece el que "millonarios" ajenos a los clubes se compren por precios irrisorios patrimonios formados por miles de socios a lo largo de décadas y que dispongan de ellos para enriquecerse, por lo general con operaciones inmobiliarias con los terrenos de los estadios y ciudades deportivas.