El establecimiento del límite del déficit en un artículo de la Constitución viene a decirle a los políticos: “Si no os ponemos límites, vais a seguir haciendo lo que os salga de las narices”. Los propios políticos, con esta medida -vendida como eficaz tranquilizador de la desconfianza financiera- reconocen su propia incapacidad para ejercer de forma responsable su oficio. ¿Se merece también nuestro país una ciudadanía irresponsable? No. De ser así, España no nos merece.
Comentarios
¿Sabes quiénes son unos chantajistas? Los indignados.
Yo creo que lo mejor sería exiliarnos todos los españoles a otros países y dejar a los políticos solos, campando a sus anchas por España. Seguramente morirían de inanición a los pocos meses, o de pegarse garrotazos entre ellos.