Publicado hace 10 años por --76276-- a estebanlopezgonzalez.wordpress.com

El astrofísico y sacerdote belga Georges Lamaitre (1894-1966) es el padre de la teoría del Big Bang. En 1927 publicó un informe que resolvió las ecuaciones de Einstein sobre el universo entero y sugirió que el universo se está expandiendo. En 1931, propuso la idea de que el universo se originó en la explosión de un «átomo primigenio» o «huevo cósmico». Dicha explosión ahora se llama el Big Bang o Gran Explosión.

Comentarios

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...entonces es un Astrocerdote?

cutelittlebirdie

#1 ¿socerdote astro qué?

D

Bueno, aunque los sancerdotes no esten bien mirados por acá, en menéanme (no todos son igual de cerdotes) sin duda este hombre se merece el homenaje que merece....

D

Es decir que cuando apareció la teoría del big bang los científicos desconfiaban de ella porque parecía hecha a medida de los religiosos.

Y ahora los religiosos desconfían de ella porque parece científica.

Estamos apañaos.

sotillo

El "Padre de la genética" Gregor Mendel también fue sacerdote... y alguno mas, no creo que sea significativo ni aclare nada

D

Pues resolver las ecuaciones de Einstein no es moco de pavo. El propio Einstein no sabía.

sotillo

#3 Entonces me quedo mas tranquilo...

T

No veo nada raro en ello. ¿A qué se dedicaba Kepler, aparte de observar los cuerpos en el firmamento?

Como dijo de él Carl Sagan "Prefirió la dura verdad a sus ilusiones más queridas"

Trigonometrico

#7 Dudo mucho que sufriera un conflicto interno ahí. Sus ilusiones más queridas es evidente que eran tener un patrón del movimiento de los planetas.

La religión no está tan reñida con la ciencia como algunos pretenden. Pero el cambio climático si lo está con el fanatismo político, o eso ha demostrado el primo de Rajoy.

T

#8 Si, pero de la manera que más se acercase a Dios. En fin, el capítulo 3 de Cosmos lo explica bastante bien. Se que es largo, y aun así, son sólo fragmentos, pero merece la pena.




(...)La curiosidaddel niño conquistó su propio temor. Quiso conocer la escatología del mundo; se atrevió a contemplar la mente de Dios. Estas visiones peligrosas, al principio tan insustanciales como un recuerdo, llegaron a ser la obsesión de toda una vida. Las apetencias cargadas de hibris de un niño seminarista iban a sacar a Europa del enclaustramiento propio del pensamiento medieval.(...)

(...)Si el mundo lo había ingeniado Dios, ¿no valía la pena examinarlo cuidadosamente? ¿No era el conjunto de la creación una expresión de las armonías presentes en la mente de Dios?(...)

(..)En la época de Kepler sólo se conocían seis planetas: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. Kepier se preguntaba por qué eran sólo seis. ¿Por qué no eran veinte o cien? ¿Por qué sus órbitas presentaban el espaciamiento que Copérnico había deducido? Nunca hasta entonces se había preguntado nadie cuestiones de este tipo. Se conocía la existencia de cinco sólidos regulares o platónicos , cuyos lados eran polígonos regulares, tal como los conocían los antiguos matemáticos griegos posteriores a Pitágoras. Kepler pensó que los dos números estaban conectados, que la razón de que hubiera sólo seis planetas era porque había sólo cinco sólidos regulares, y que esos sólidos, inscritos o anidados uno dentro de otro, determinarían las distancias del Sol a los planetas. Creyó haber reconocido en esas formas perfectas las estructuras invisibles que sostenían las esferas de los seis planetas. Llamó a su revelación El Misterio Cósmico. La conexión entre los sólidos de Pitágoras y la disposición de los planetas sólo permitía una explicación: la Mano de Dios, el Geómetra.(...)

(...)Galileo, Tycho y Copérnico creían igualmente en un movimiento circular y uniforme de los planetas, y el último de ellos afirmaba que la mente se estremece sólo de pensar en otra cosa , porque sería indigno imaginar algo así en una Creación organizada de la mejor manera posible . Así pues, Kepler intentó al principio explicar las observaciones suponiendo que la Tierra y Marte se movían en órbitas circulares alrededor del Sol.(...)

(...)La Divina Providencia nos ha concedido un observador tan diligente en la persona de Tycho Brahe que sus observaciones condenan este... cálculo a un error de ocho minutos; es cosa buena que aceptemos el regalo de Dios con ánimo agradecido... Si yo hubiera creído que podíamos ignorar esos ocho minutos hubiera apañado mi hipótesis de modo correspondiente. Pero esos ocho minutos, al no estar permitido ignorarlos, señalaron el camino hacia una completa reforma de la astronomía. La diferencia entre una órbita circular y la órbita real solamente podía distinguirse con mediciones precisas y con una valerosa aceptación de los hechos: El universo lleva impreso el ornamento de sus proporciones armónicas, pero hay que acomodar las armonías a la experiencia. Kepier quedó muy afectado al verse en la necesidad de abandonar una órbita circular y de poner en duda su fe en el Divino Geómetra. Una vez expulsados del establo de la astronomía los círculos y las espirales, sólo le quedó, como dijo él, una carretada de estiércol , un círculo alargado, algo así como un óvalo. Kepler comprendió al final que su fascinación por el círculo había sido un engaño. La Tierra era un planeta, como Copémico había dicho, y para Kepier era del todo evidente que la perfección de una Tierra arrasada por las guerras, las pestes, el hambre y la infelicidad, dejaba mucho que desear. Kepler fue una de las primeras personas desde la antigüedad en proponer que los planetas son objetos materiales compuestos, como la Tierra, de sustancia imperfecta. Y si los planetas eran imperfectos , ¿por qué no habían de serio también sus órbitas? Probó con varias curvas ovaladas, las calculó y las desechó, cometió algunos errores aritméticos (que al principio le llevaron a rechazar la solución correcta), pero meses después y ya un tanto desesperado probó la fórmula de una elipse, codificada por primera vez en la Biblioteca de Alejandría por Apolonio de Pérgamo. Descubrió que encajaba maravillosamente con las observaciones de Tycho: la verdad de la naturaleza, que yo había rechazado y echado de casa,(...)

T

Hombre, justo acababa de ver