En realidad, escapan muchas cosas, empezando por todo lo que está bajo tierra, bajo el agua o bajo techo (hay algunos satélites con radar de penetración del terreno, pero su resolución cae rápidamente y están más bien para buscar estructuras geológicas y cosas por el estilo.) Tampoco son muy buenos mirando en ángulo, debido a que la luz tiene que atravesar mucha atmósfera, que es bastante turbia, hasta llegar al satélite; eso tiende a arruinar la resolución. Ni tampoco en condiciones meteorológicas adversas, al menos los ópticos. Su resolución es relativamente pobre a esas distancias, incluso con grandes espejos. Y el satélite, que va por su órbita a gran velocidad, tiene que estar pasando sobre el área de interés para ver algo en ese momento. Lógicamente, los países serios saben cuándo hay satélites "no amigos" cubriendo un área y evitan hacer cosas que no deseen que vean en esos momentos.
Los satélites espía son una herramienta extraordinaria, pero tienen sus limitaciones. Como caso particular, en cambio, los de inteligencia radioelectrónica son mucho más efectivos, desde grandes distancias, pero tienes que estar transmitiendo para que te pillen.
Juer... pues ya podrían poner una cámara de estas en la próxima nave que manden a cualquier pedrusco de nuestro sistema solar.
Sí, ya se que cientificamente no aportan ningún dato significativo que ayude a la exploración y conocimiento del planeta en cuestión, pero molaría mazo ver la superficie de Marte con más detalle, no que siempre la vemos en blanco y negro.
#2 El problema es el tamaño del espejo (del telescopio; un satélite espía es una especie de "Hubble" que mira hacia abajo), lo que obliga a hacer una nave muy grande (y cara) si quieres obtener esas resoluciones cojonudas. Hoy por hoy, las sondas interplanetarias no pueden ser tan grandes debido a limitaciones de peso, volumen y coste de construcción y lanzamiento.
Básicamente, lo que sugieres es "lanzar un Hubble", pero no a la órbita baja de la Tierra, sino como sonda de espacio profundo. Poderse, seguramente se podría, pero... ¡a qué coste!
Por cierto, el "blanco y negro" tiene su razón de ser. Permite una gradación de luminosidad mucho más fina, prácticamente fotón a fotón, en cada frecuencia de luz diferenciada. Luego, en su caso, ya lo "coloreas" con una segunda cámara a color. De hecho, los satélites espía "de verdad" también obtienen la imagen primaria en B/N y luego, si se tercia, ya "añaden" color.
Comentarios
Como decían, hace mucho tiempo ya, en los Simpsons en el capítulo del billete del trillón de dólares.
Estuvimos buscando el billete del trillón de dólares en la casa del señor Burns y gracias a nuestros satélites sabemos....que no está en el techo.
Si nada escapa que expliquen lo de Isis...
En realidad, escapan muchas cosas, empezando por todo lo que está bajo tierra, bajo el agua o bajo techo (hay algunos satélites con radar de penetración del terreno, pero su resolución cae rápidamente y están más bien para buscar estructuras geológicas y cosas por el estilo.) Tampoco son muy buenos mirando en ángulo, debido a que la luz tiene que atravesar mucha atmósfera, que es bastante turbia, hasta llegar al satélite; eso tiende a arruinar la resolución. Ni tampoco en condiciones meteorológicas adversas, al menos los ópticos. Su resolución es relativamente pobre a esas distancias, incluso con grandes espejos. Y el satélite, que va por su órbita a gran velocidad, tiene que estar pasando sobre el área de interés para ver algo en ese momento. Lógicamente, los países serios saben cuándo hay satélites "no amigos" cubriendo un área y evitan hacer cosas que no deseen que vean en esos momentos.
Los satélites espía son una herramienta extraordinaria, pero tienen sus limitaciones. Como caso particular, en cambio, los de inteligencia radioelectrónica son mucho más efectivos, desde grandes distancias, pero tienes que estar transmitiendo para que te pillen.
Juer... pues ya podrían poner una cámara de estas en la próxima nave que manden a cualquier pedrusco de nuestro sistema solar.
Sí, ya se que cientificamente no aportan ningún dato significativo que ayude a la exploración y conocimiento del planeta en cuestión, pero molaría mazo ver la superficie de Marte con más detalle, no que siempre la vemos en blanco y negro.
#2 El problema es el tamaño del espejo (del telescopio; un satélite espía es una especie de "Hubble" que mira hacia abajo), lo que obliga a hacer una nave muy grande (y cara) si quieres obtener esas resoluciones cojonudas. Hoy por hoy, las sondas interplanetarias no pueden ser tan grandes debido a limitaciones de peso, volumen y coste de construcción y lanzamiento.
Básicamente, lo que sugieres es "lanzar un Hubble", pero no a la órbita baja de la Tierra, sino como sonda de espacio profundo. Poderse, seguramente se podría, pero... ¡a qué coste!
Por cierto, el "blanco y negro" tiene su razón de ser. Permite una gradación de luminosidad mucho más fina, prácticamente fotón a fotón, en cada frecuencia de luz diferenciada. Luego, en su caso, ya lo "coloreas" con una segunda cámara a color. De hecho, los satélites espía "de verdad" también obtienen la imagen primaria en B/N y luego, si se tercia, ya "añaden" color.