Los científicos están a tope. Reunidos en una acojinada sala de conferencias en las tripas de un hotel de Berlín, una veintena de reconocidos investigadores del clima, casi todos hombres blancos de edad madura, discutían un documento de una cuartilla de longitud que habían bautizado provisionalmente como "La declaración de Berlín". En él se proponía una metodología base para experimentos que proporcionaran indicios sobre cómo podría enfriarse artificialmente la Tierra. Hackeo planetario, básicamente.
Comentarios
Seguimos con el tecnooptimismo, esta vez nivel Dios.
#1 Cierto... Aunque el reto científico es apasionante
Si ya nos damos de tortas por el aire acondicionado en la oficina! Un invento así sólo puede desencadenar la tercera guerra mundial y el fin de la raza humana.
El reto que nos toca afrontar a la humanidad de aquí a fin de siglo es acojonantemente grande, pero si salimos de esta, quizá tengamos la experiencia necesaria para terraformar otros planetas. Nos encontramos en un punto terrible y apasionante a partes iguales.
Nunca llueve a gusto de todos.