Hace 2 años | Por pabloaretxabala a eldiario.es
Publicado hace 2 años por pabloaretxabala a eldiario.es

Las preguntas del siglo de los límites son: ¿Cómo seducir con una cierta renuncia? ¿Cómo salir de la trampa de la civilización?. En palabras de Jorge Riechmann: lo ecológicamente necesario, es políticamente imposible. ¿Cómo hacemos deseable lo que parece imposible pero es manifiestamente inevitable? Ése es el debate clave. Pero sólo podrá darse cuando se acepte que no hay otra opción y por fin superemos la fase de hacer visible al elefante negro en la habitación que está a centímetros de aplastarnos.

Comentarios

vviccio

Es lógico que una discoteca o un restaurante tenga un aforo limitado por motivos de seguridad que es impuesto por leyes y reglamentos desde las instituciones públicas pero para otras cosas miran para otro lado: ¿Por qué no existe un límite al crecimiento de las ciudades, campos de regadío, etc.? El límite podría estar fijado por el agua potable disponible, la depuración de aguas, la capacidad de reciclaje, ...

D

#1 cierto, tambien en viajes tiempo de internet, srticulos como ropa y otras cosas.