Hace 5 años | Por nic3 a theatlantic.com
Publicado hace 5 años por nic3 a theatlantic.com

La revolución de la voz no ha hecho más que empezar. Hoy, Alexa es una humilde sirvienta. Muy pronto, podría ser mucho más-una profesora, una terapeuta, una confidente, una informante. Durante unos días este verano, Alexa, la asistente de voz que me habla a través de mi Amazon Echo Dot, se dedicó a terminar nuestras interacciones con un susurro: dulces sueños. Cada vez que sucedía, me asustaba, a pesar de que pensaba que entendía por qué lo hacía...

Comentarios

k

No, siguiente pregunta

D

#1 Siri... ¿Eres tú?

k

#5 OK Google

D

No, igual que no debemos de confiar en los smartphones o las comunicaciones en las RRSS

empanadilla.cosmica

No, no debemos confiar en Alexa y tampoco en ti, escritor de este artículo.

No confío en nadie que no sepa hacia dónde está escorado o de que pie cojea. Menos aún en algo que puede cambiar de criterios o filiciones tras cada actualización y que se dedica a escuchar y grabar todo lo que digo por si en algún momento posterior sirviera de utilidad.

D

Sólo entro aqui para decir:

No.