Sandra Mercado explica las contraindicaciones ocultas de las intervenciones para transicionar, y cómo pueden estar conectadas con una homofobia encubierta.
-Nadie que no sea feminista radical y transfóbico puede ser TERF (iría contra la definición)
-Una persona trans y Terf sería autofóbica.
-Sandra no és ni feminista radical, ni transfóbica, ni mucho menos autofóbica.
Ergo no es TERF.
No. Hay que escuchar a Sandra porque habla de que no hay una única vía de resolver la disforia de género, y que no se informa de los graves efectos de las intervenciones de reasignación de sexo. Y que detrás de ello está sin duda la homofobia y aporta pruebas.
#4 Al igual que una persona homosexual puede tener homofobia interiorizada, una persona trans puede tener transfobia interiorizada. Ser una persona trans no escuda las transfobadas que pueda soltar.
#8 Insisto en que no da la sensación de ser transfóbica, más bien al contrario. Se queja de que toda una serie de profesionales orientaron la solución de su disforia de género hacia intereses económicos y no hacía su bienestar.
Se perdió el norte cuando empezaron a mezclar transexualidad con transgénero. Supongo que por esa obsesión con el neolenguaje y que todas las palabras que se han usado siempre ahora son ofensivas y por alguna razón que se me escapa hablar de transexuales está mal así que lo renombramos a transgénero que suena más moderno aunque sea mezclar peras con merinas.
La transexualidad es perfectamente entendible y razonable, si alguien no está conforme con su cuerpo, por las razones que sean, y quiere tetas y una vagina o un pene, pues oye, fenomenal, que se lo ponga para estar más cómodo consigo mismo, Y si esa inconformidad alcanza un punto que afecta a su vida diaria y salud mental, pues oye que ese cambio se lo haga la seguridad social igual que se hacen otras cirugías reconstructivas por la seguridad social.
Los transgénero es para darles de comer a parte. Puramente transgénero me refiero, es decir que son hombres, pero dicen sentirse mujeres o son mujeres y dicen sentirse hombres. Esto para mí no hay por donde cogerlo, porque básicamente va contra la idea que hemos luchado durante épocas y los estereotipos que siempre hemos querido desterrar. Pensaba que habíamos aclarado ya que "interiormente" hombres y mujeres somos iguales que no hay cosas de hombres y cosas de mujeres más allá de los constructos sociales que nos inculcan.
Habíamos concluido sensatamente que a un hombre puede gustarle el pelo largo y los vestidos y a una mujer los vaqueros y el pelo corto. Nos hemos pasado la vida para desterrar lo del rosa para niñas y azul para niños para que ahora llegue un tío y te diga que "se siente mujer" porque le gusta el rosa y los vestidos y encima hay que aplaudirle por valiente cuando lo que habría que hacer es correrle a collejas por reforzar los estereotipos que tanto rechazamos
MiguelDeUnamano compañero, vais a tener que escuchar. Se que la propaganda entrista es muy fuerte, pero al final la verdad resplandece, y la verdad es que son unos homófobos , unos burgueses y unos magufos y la lucha obrera les importa una mierda.
Comentarios
Terfismo no, por favor.
#1 Sandra Mercado es una mujer Trans. No puede ser Terf.
#4 Eso es un silogismo tramposo. 🍃
#6 Pues lo convierto en epiquerema:
-Nadie que no sea feminista radical y transfóbico puede ser TERF (iría contra la definición)
-Una persona trans y Terf sería autofóbica.
-Sandra no és ni feminista radical, ni transfóbica, ni mucho menos autofóbica.
Ergo no es TERF.
No. Hay que escuchar a Sandra porque habla de que no hay una única vía de resolver la disforia de género, y que no se informa de los graves efectos de las intervenciones de reasignación de sexo. Y que detrás de ello está sin duda la homofobia y aporta pruebas.
#4 Al igual que una persona homosexual puede tener homofobia interiorizada, una persona trans puede tener transfobia interiorizada. Ser una persona trans no escuda las transfobadas que pueda soltar.
#8 Insisto en que no da la sensación de ser transfóbica, más bien al contrario. Se queja de que toda una serie de profesionales orientaron la solución de su disforia de género hacia intereses económicos y no hacía su bienestar.
Se perdió el norte cuando empezaron a mezclar transexualidad con transgénero. Supongo que por esa obsesión con el neolenguaje y que todas las palabras que se han usado siempre ahora son ofensivas y por alguna razón que se me escapa hablar de transexuales está mal así que lo renombramos a transgénero que suena más moderno aunque sea mezclar peras con merinas.
La transexualidad es perfectamente entendible y razonable, si alguien no está conforme con su cuerpo, por las razones que sean, y quiere tetas y una vagina o un pene, pues oye, fenomenal, que se lo ponga para estar más cómodo consigo mismo, Y si esa inconformidad alcanza un punto que afecta a su vida diaria y salud mental, pues oye que ese cambio se lo haga la seguridad social igual que se hacen otras cirugías reconstructivas por la seguridad social.
Los transgénero es para darles de comer a parte. Puramente transgénero me refiero, es decir que son hombres, pero dicen sentirse mujeres o son mujeres y dicen sentirse hombres. Esto para mí no hay por donde cogerlo, porque básicamente va contra la idea que hemos luchado durante épocas y los estereotipos que siempre hemos querido desterrar. Pensaba que habíamos aclarado ya que "interiormente" hombres y mujeres somos iguales que no hay cosas de hombres y cosas de mujeres más allá de los constructos sociales que nos inculcan.
Habíamos concluido sensatamente que a un hombre puede gustarle el pelo largo y los vestidos y a una mujer los vaqueros y el pelo corto. Nos hemos pasado la vida para desterrar lo del rosa para niñas y azul para niños para que ahora llegue un tío y te diga que "se siente mujer" porque le gusta el rosa y los vestidos y encima hay que aplaudirle por valiente cuando lo que habría que hacer es correrle a collejas por reforzar los estereotipos que tanto rechazamos
Llevo un rato viéndolo y muy interesante.