Hace 4 años | Por OctavioReverte a hateradvisor.es
Publicado hace 4 años por OctavioReverte a hateradvisor.es

La última cena, el pollo tandoori de la esquina, el aguardiente de la cantina de anoche, nunca sabes en que momento tu estomago va a rebelarse contra ti y pedir protagonismo en tu viaje, demandando con urgencia el baño más cercano, sin importar la cantidad de mugre acumulada en sus paredes, si las tiene.

Comentarios

D

Me había comido una ensalada de papaya en Chiang Mai, y vientre no aguanto más y fui a hacer popo, me limpie el aro con el chorrito de agua y todo perfecto.

Mi pareja me pregunto dónde estaba el servicio y se lo comenté, la segunda a la izquierda después de girar el pasillo y subir la escaleras.

Al volver me dijo que me había cagado en la ducha de la casa del señor del restaurante.

Priorat

Imagínense un riachuelo en los Andes, cerca de los 3.000m, a unos 500km al sur de Santiago. Es octubre, principios de la primavera, lo que hace que el rio tenga hielo por encima y circule el agua por debajo.
Ruta mochilera de 4 días. En la zona de acampada hay aseos, es un parque nacional (Parque Nacional Altos de Lircay) pero la mala previsión hace que en ruta ya no haya papel higiénico. En estas viene un apretón y una abertura en el hielo. Se ve el agua por debajo y el hielo por encima, como una gruta. Ahí estaba mi regalo y mi culo impóluto gracias al hielo andino que hace sus milagros.

Entenderán que a partir de eso, no me asusta nada como mochilero. No se puede ser mochilero sin ser capaz de aguantar algo la guarrería.

D

El autor del artículo ha salido muy poco de fiesta, y desde luego, no ha ido nunca a un festival con lavabos portátiles.

D

#1 No creerías las cosas que he visto yo en los camping que se montan para el gp de jerez....

Milmariposas

De los muchos viajes que he hecho, y de los innumerables servicios que he utilizado, el peor con creces fue uno en Potosí (Bolivia). Después de viajar un porrón de horas en una guagua (allí, les llaman "micro" por microbus) de quinta mano, por carreteras imposibles, llego de madrugada a la ciudad del Cerro Rico con una ganas imposible de aguantar. Mareada por la altitud en la me encontraba, mascando unas hojas de coca para aliviar el dolor de cabeza insoportable y meándome hasta las trancas, hice la vista gorda por el estado asqueroso del baño público adyacente a la estación de autobuses, pero no tengo muy buen recuerdo del lugar. Apestoso, asqueroso... en fin, nada que envidiar a los de las fotos.