Una de las cosas que más llaman la atención de la capital alemana es que escapa del turismo más al uso. La estrella de los visitantes no son los monumentos -casi todos fueron destruídos durante la II Guerra Mundial- ni los museos (aunque el de Pérgamo merezca la pena): aquí se busca vivir la Historia trágica del siglo XX. Y la historia se huele en cada calle y en cada plaza.
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@locodelpelorojo y tal