Paris, 1848. Un joven con aspiraciones de escritor sobrevive como puede con una pequeña asignación en una modesta pensión. Emplea su poco dinero sobre todo en comprar libros con los que formarse para ser un buen dramaturgo. Cierto día, un orondo caballero se cruza con él en las escaleras, y tras una pequeña discusión, le reta a un singular duelo: cocinar una tortilla. Y el resto es literatura universal.
Hay dos versiones más acerca de como se conocieron:
"Las otras versiones las podemos tomar de dos de sus entrevistas, en la primera de ellas realizada por el periodista Robert Sherard,[1] el propio Verne declara:
"Pero el amigo a quien le debo la deuda más profunda de gratitud y afecto es a Alejandro Dumas, el hijo, el cual conocí a la edad de veintiuno. Nosotros nos hicimos amigos casi al instante. Él fue el primero en animarme. Pudiera decirse que él fue mi primer protector. No nos hemos encontrado desde hace un buen tiempo atrás, pero mientras yo viva, nunca me olvidaré de su bondad ni tampoco la deuda que le debo. Él me presentó a su padre; él trabajó junto a mí en colaboración."
El periodista Brisson, que también tuvo la oportunidad de entrevistar al escritor, publica en su entrevista: "El caballero d'Arpentigny, quiromántico célebre, el émulo de Desbarolles, lo presentó a Alejandro Dumas". Esta versión toma cierta fuerza, puesto que d'Arpentigny y Alejandro Dumas padre, solían frecuentar el «Salón de la Señora Barrère». "
¿Que hacen dos tios con un par de huevos? pues... una tortilla.
Bromas aparte, es una suerte que Verne fracasara como dramaturgo y se dedicará a la fantasía con tanto fundamento. Predijo que la gente en vez de ir a conciertos oiría la música cómodamente desde casa con unos altavoces pues le llegaría por unos hilos como el telégrafo, describió un sistema de fax con "firma electrónica" válida ante notario (genial para divorcios, como dice uno de sus personajes) los vuelos orbitales y los retrocohetes para modificar trayectoria, los misiles dirigidos capaces de hundir un barco, las operaciones de bolsa controladas por "máquinas de Babbage"... cuando vi esas linternas de bolsillo que se cargan agitándolas me dí cuenta de que todavía hay cosas que no hemos visto todavía, pero llegarán, no cabe duda.
Para el que no supiese de sus origenes y le extrañe la foto de Dumas (siendo francés del XIX la gente suele presuponer el típico blanco europeo), su abuela paterna era haitiana.
Muy interesante. Desconocía la anécdota. Gracias a quien la ha traído. Tiene un gusto muy francés: cierta ironía, algo de egolatría y mucho de gastronomía.
Comentarios
Es un meneo perfecto: tiene duelos, comida, buena literatura,...
#4 Bueno, y también algo sobre Heath Ledger, Alonso, A. Gilipollas Caraculo, el MacBook Air y Ubuntu... pero leches, esto ocurrió en 1848.
#1 Le faltan gatos
"-«¡Es usted un insolente! Y le exijo una satisfacción. Aquí tiene mi tarjeta... Vendrá el viernes a mi casa... a cocinar usted mismo una tortilla» "
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Qué miedo de duelo!. Y que ocurriria si no lo hacía? Se lo comería alli mismo?
Aunque en realidad todos los conflictos se deberían solucionar así.
Hay dos versiones más acerca de como se conocieron:
"Las otras versiones las podemos tomar de dos de sus entrevistas, en la primera de ellas realizada por el periodista Robert Sherard,[1] el propio Verne declara:
"Pero el amigo a quien le debo la deuda más profunda de gratitud y afecto es a Alejandro Dumas, el hijo, el cual conocí a la edad de veintiuno. Nosotros nos hicimos amigos casi al instante. Él fue el primero en animarme. Pudiera decirse que él fue mi primer protector. No nos hemos encontrado desde hace un buen tiempo atrás, pero mientras yo viva, nunca me olvidaré de su bondad ni tampoco la deuda que le debo. Él me presentó a su padre; él trabajó junto a mí en colaboración."
El periodista Brisson, que también tuvo la oportunidad de entrevistar al escritor, publica en su entrevista: "El caballero d'Arpentigny, quiromántico célebre, el émulo de Desbarolles, lo presentó a Alejandro Dumas". Esta versión toma cierta fuerza, puesto que d'Arpentigny y Alejandro Dumas padre, solían frecuentar el «Salón de la Señora Barrère». "
http://www.geocities.com/biografiajverne/biografia3.htm
¿Alguien ha dicho duelo de tortillas?
#9 Ojo con dónde te dan la "satisfacción".
pero al final no sabemos como se hace la tortilla,con las ganas me he quedado.
#9 Pues estoy por votarte negativo, sólo para que no te quedes con las ganas
PD:No veas la lectura más porno que tiene tu comentario.
¿Que hacen dos tios con un par de huevos? pues... una tortilla.
Bromas aparte, es una suerte que Verne fracasara como dramaturgo y se dedicará a la fantasía con tanto fundamento. Predijo que la gente en vez de ir a conciertos oiría la música cómodamente desde casa con unos altavoces pues le llegaría por unos hilos como el telégrafo, describió un sistema de fax con "firma electrónica" válida ante notario (genial para divorcios, como dice uno de sus personajes) los vuelos orbitales y los retrocohetes para modificar trayectoria, los misiles dirigidos capaces de hundir un barco, las operaciones de bolsa controladas por "máquinas de Babbage"... cuando vi esas linternas de bolsillo que se cargan agitándolas me dí cuenta de que todavía hay cosas que no hemos visto todavía, pero llegarán, no cabe duda.
Para el que no supiese de sus origenes y le extrañe la foto de Dumas (siendo francés del XIX la gente suele presuponer el típico blanco europeo), su abuela paterna era haitiana.
#1 sólo le faltaría el guante de Homer. Pero sí, una historia curiosa. Gracias por menearlo.
La realidad es más apasionante que la ficción
Esto acerca los huevos a la literatura decimonónica...
Deseoso estoy de que cometan sobre mi un agravio para responderle "Es ud. un insolente, le exijo una satisfaccion!"
Manda huevos la noticia ....
Muy interesante. Desconocía la anécdota. Gracias a quien la ha traído. Tiene un gusto muy francés: cierta ironía, algo de egolatría y mucho de gastronomía.