Tómese un actor joven, guapo y de éxito, y añádase su perfil a una red social (o varias) en la Red. El resultado: miles de fans pendientes de sus andanzas, bombardeando a mensajes su sitio y una promoción impagable de cara al estreno de su próxima película. Internet es ya un ingrediente imprescindible para la promoción del cine, y las redes sociales, con su cercanía, son el futuro.
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pues yo no.